Proyecto LUDOS
La actividad física en general y el deporte en particular, en edades escolares debe entenderse como un proceso formativo, de aprendizaje social y de relación interpersonal.
El papel de los padres en este proceso de formación deportiva, es tan importante como el de los maestr@s de Educación Física, monitores o entrenadores, ya que contribuyen a generar los hábitos deportivos del joven practicante. En algunas ocasiones, los padres/madres contribuyen de una forma muy negativa en la práctica deportiva de sus hij@s, y que pueden desencadenar en fobias, miedos o repulsa hacia la actividad física. Los roles más característicos de los padres “antideportivos” son:
* El padre fanático.
* El padre deportivamente frustrado.
* El padre entrenador.
* El padre representante.
* El padre indiferente.
* El padre sobre-protector.
Padres deportivos
El padre deportivo muestra las siguientes características:
* Apoya e incentiva la práctica deportiva entendida esta como un proceso formativo integral que fomenta la relación social y la integración grupal.
* Tiene en cuenta los intereses deportivos del niñ@ y no los suyos.
* Sabe distinguir entre la peligrosidad y la sobreprotección.
* Practica siempre que puede actividad física con sus hij@s.
* Respeta las decisiones del entrenador y árbitros, enseñando a sus hij@s que el juego también tiene normas que han.de ser tenidas en cuenta para poder pasarlo bien.
* Hacen ver a sus hij@s que la finalidad del deporte escolar, es la recreación y la socialización, por encima de los resultados deportivos.
* Enseña a ganar con humildad.
* Enseña a perder con deportividad.
* Recrimina la falta de respeto por los compañeros, rivales, entrenadores o árbitros.
* Fomenta la deportividad y no violencia.
Educar en valores
Si un padre es “deportivo” ayudará a conseguir que su hij@, gracias a la actividad física:
1. Ingrese en la sociedad entendiendo sus normas y reglas.
2. Superar la timidez.
3. Controla los impulsos nerviosos.
4. Fomenta la colaboración y no la individualización.
5. Reconoce y respeta a sus entrenadores, árbitros, compañer@s y adversari@s.
6. Corrige defectos físicos o patologías.
7. Estimula la higiene y la salud.
8. Fomenta hábitos de vida saludables.
9. Fomenta la adquisición de responsabilidad.
10.Desarrolla la inteligencia motriz, las proporciones corporales y la inteligencia propioceptiva.
11.Fomenta la solidaridad y sensación de equipo.
El hábito deportivo se construye día a día, y tan importante es el educando como el educador, y en esta tarea, educadores (cada uno en su rol) somos tod@s.