Por Ignacio Jiménez e Ignacio Azofra
     
 Comprender su rol y su función en el sistema de juego ofensivo del equipo.    
 Jugar sobre sus puntos fuertes a la vez que trabaja sobre los débiles.    
 Desarrollar la habilidad de moverse sin el balón y colocarse para recibirlo donde ellos decidan.    
 Desarrollar la habilidad de crear situaciones sencillas y recibir el balón, incluso cuando no ha sido bien lanzado.    
 No ser egoístas y devolver el balón a los jugadores de perímetro cuando no tengan opciones de realizar un buen lanzamiento o estén siendo defendidos en un doble marcaje.    
 Comprender como debe leerse la defensa para pasar el balón al área correcta de la pista.    
 Aprender a ganar y mantener la posición aprendiendo a jugar con los pies, manos y cabeza.    
 Comprender los ángulos de rebote, cómo coger el balón y encestar cuando un compañero lo ha pedido.    
 Tener confianza en la capacidad de encestar.    
 Desarrollar movimientos potentes y variantes a estos movimientos. Hay que dificultar el trabajo de la defensa haciendo nuestro juego imprevisible con una gran riqueza de movimientos.    
 Comprender como realizar y utilizar una variedad de bloqueos para desmarcarse y para desmarcar a los compañeros.    
 Estar en buena forma física para correr a lo largo de la pista y para realizar el juego físico característico de las áreas de poste próximas al aro.
