Humanitarismo
Relaciones
Un elemento clave en la relación del entrenador es el desarrollo de la independencia. Los deportistas deben ser alentados a asumir la responsabilidad de su propio comportamiento y desempeño en el entrenamiento, en las competencias y en su vida social.
Los entrenadores son responsables de fijar y vigilar los límites entre una relación profesional y una relación de amistad con os deportistas. Esto es particularmente importante cuando el entrenador y el ejecutante son de sexo opuesto y/o, cuando el deportista es una persona joven. El entrenador debe darse cuenta de que ciertas situaciones o actos amistosos pueden ser malinterpretados, no sólo por el ejecutante, sino por alguien ajeno motivado por los celos, disgusto o desconfianza, y puede acusarlo de una mala conducta sexual o de una conducta inapropiada.
La relación entre un entrenador deportivo y el deportista depende fuertemente de la confianza y respeto mutuos. Específicamente, esto significa que el participante debe ser informado sobre las capacidades y experiencia del entrenador y debe recibir la oportunidad para aceptarlo o rechazarlo.
Compromiso
Los entrenadores deportivos tienen la responsabilidad de comunicar a sus ejecutantes y/o usuarios, cualquier otro compromiso actual de entrenamiento que tenga.
Cooperación
Los entrenadores deportivos deben comunicarse y cooperar con otros deportes y profesiones afines a éstos, para beneficio de sus participantes.
Los entrenadores deportivos deben comunicarse y cooperar con profesionales de la salud, en relación al diagnóstico, tratamiento y manejo de los problemas médicos y psicológicos de sus deportistas.
Publicidad
La promoción de los entrenadores deportivos por su experiencia, calificaciones y/o servicios, debe ser exacta y restringida al aspecto profesional.
Integridad
Los entrenadores deportivos deben abstenerse de criticar en público a sus colegas. Las diferencias de opinión deben ser tratadas en forma personal y las disputas más serias deben ser remitidas a la Asociación, al Instituto o al cuerpo dirigente correspondiente.
Los entrenadores deportivos no deben alentar a los deportistas a violar las reglas de su deporte y deben buscar afanosamente desalentar tales acciones. Por el contrario, los entrenadores deben motivar a los deportistas a obedecer el espíritu de tales reglas.
Los entrenadores deportivos no deben comprometer a sus ejecutantes a seguir medidas que puedan ser juzgadas como una búsqueda para lograr una ventaja injusta. Sobre todo, los entrenadores nunca deben recomendar el uso de drogas prohibidas u otras sustancias que mejore el desempeño.
Los entrenadores deportivos tienen que tratar a los oponentes y oficiales con el debido respeto, tanto en la victoria como en la derrota; y deben alentar a sus deportistas a actuar de manera similar.
Los entrenadores deportivos deben aceptar la responsabilidad de la conducta de sus deportistas, ya que ellos mismos se han comprometido, a su vez, a desalentar el comportamiento impropio.