Un café con D. Álvaro Pérez. Cap ítulo III


LA PREPARACION FISICA


No puedo concebir aquellos entrenadores que creen que solo con ser intensos en los entrenamientos es suficiente para obtener el grado óptimo de condición física con el que afrontar toda una temporada de competición.
             
 Solo en las categorías inferiores (hasta infantiles), es suficiente con alta intensidad de entreno en pista, para alcanzar el nivel suficiente físico para competir con garantías suficientes hasta el final de la competición.
                  
A lo largo de mi vida deportiva he visto auténticas barbaridades de ejercicios en pista, que sin una adecuada y mínima preparación, pueden causar lesiones irreversibles en los deportistas.
                             
La preparación física no es solo correr por correr. Debe estar ajustada al nivel del deportista. Deben valorarse, no solo las cargas de trabajo, sino lo que es aún más importante, los descanso entre ellas.
        
Cuantas veces hemos visto a críos de diez u once años subiendo y bajando gradas indiscriminadamente. Quizás, porque es el propio entrenador el que desconoce las cargas a las que se les somete al tendón rotuliano, a los cuádriceps, a los tobillos, de unas personas que están en edad de crecimiento.
                
Cuantas otras veces hemos visto correr por correr a equipos por pinares, por playas, por asfalto, simple y meramente por el hecho de correr. Porque todo el mundo corre.
                  
Pero realmente, cuando mandamos a un crío a correr ¿sabemos lo que queremos obtener? ¿Sabemos cómo obtener lo que queremos con lo que estamos haciendo? En preparación física no vale copiar y pegar, como si de un sistema de Obradovik se tratara.
                 
El preparador físico es el enemigo público número uno del deportista, siempre que este deportista no se dedique al atletismo. Nadie entiende por qué hay que correr antes de coger un balón y entrar en pista. 

Nadie entiende las cargas a las que hay que someter a un equipo durante una pretemporada para luego evitar en la medida de lo posible esas lesiones que nos hacen perder jugadores durante un período importante de temporada.
                  
Cuando el preparador físico manda correr, antes se ha sentado para ver qué tipo de jugador hay en el equipo y cuál es el objetivo que se quiere obtener. Pero lo más importante de todo es cuando se quiere obtener esos resultados.
                  
El dialogo entre entrenador y preparador físico debe ser constante a lo largo de toda la temporada. Hay que ver si los objetivos del equipo son la permanencia, el ascenso, ganar los primeros partidos, acceder a torneos de mitad de temporada (copa del rey, copa del príncipe, etc).
                  
Habrá quien piense que como esta es mi parcela, mire de forma distinta este tema. Puede que tengan parte de razón. Pero mañana, cuando te sientes a analizar el trabajo de tu equipo y los resultados no sean los que esperabas, no abronques a tus jugadores, porque a lo mejor el fallo lo tienes tú por no planificar un trabajo de pretemporada en condiciones. Pero, ¡qué digo mañana!, ahora mismo. Ya sabes el dicho: “No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy”.