LA PREPARACION FISICA
No
puedo concebir aquellos entrenadores que creen que solo con ser intensos en los
entrenamientos es suficiente para obtener el grado óptimo de condición física
con el que afrontar toda una temporada de competición.
Solo
en las categorías inferiores (hasta infantiles), es suficiente con alta
intensidad de entreno en pista, para alcanzar el nivel suficiente físico para
competir con garantías suficientes hasta el final de la competición.
A
lo largo de mi vida deportiva he visto auténticas barbaridades de ejercicios en
pista, que sin una adecuada y mínima preparación, pueden causar lesiones
irreversibles en los deportistas.
La
preparación física no es solo correr por correr. Debe estar ajustada al nivel
del deportista. Deben valorarse, no solo las cargas de trabajo, sino lo que es
aún más importante, los descanso entre ellas.
Cuantas
veces hemos visto a críos de diez u once años subiendo y bajando gradas
indiscriminadamente. Quizás, porque es el propio entrenador el que desconoce
las cargas a las que se les somete al tendón rotuliano, a los cuádriceps, a los
tobillos, de unas personas que están en edad de crecimiento.
Cuantas
otras veces hemos visto correr por correr a equipos por pinares, por playas,
por asfalto, simple y meramente por el hecho de correr. Porque todo el mundo
corre.
Pero
realmente, cuando mandamos a un crío a correr ¿sabemos lo que queremos obtener?
¿Sabemos cómo obtener lo que queremos con lo que estamos haciendo? En
preparación física no vale copiar y pegar, como si de un sistema de Obradovik
se tratara.
El
preparador físico es el enemigo público número uno del deportista, siempre que
este deportista no se dedique al atletismo. Nadie entiende por qué hay que
correr antes de coger un balón y entrar en pista.
Nadie entiende las cargas a
las que hay que someter a un equipo durante una pretemporada para luego evitar
en la medida de lo posible esas lesiones que nos hacen perder jugadores durante
un período importante de temporada.
Cuando
el preparador físico manda correr, antes se ha sentado para ver qué tipo de
jugador hay en el equipo y cuál es el objetivo que se quiere obtener. Pero lo
más importante de todo es cuando se quiere obtener esos resultados.
El
dialogo entre entrenador y preparador físico debe ser constante a lo largo de
toda la temporada. Hay que ver si los objetivos del equipo son la permanencia,
el ascenso, ganar los primeros partidos, acceder a torneos de mitad de
temporada (copa del rey, copa del príncipe, etc).
Habrá
quien piense que como esta es mi parcela, mire de forma distinta este tema.
Puede que tengan parte de razón. Pero mañana, cuando te sientes a analizar el
trabajo de tu equipo y los resultados no sean los que esperabas, no abronques a
tus jugadores, porque a lo mejor el fallo lo tienes tú por no planificar un
trabajo de pretemporada en condiciones. Pero, ¡qué digo mañana!, ahora mismo. Ya
sabes el dicho: “No dejes para mañana, lo
que puedas hacer hoy”.