Todos hemos sentido en alguna situación en concreto el sentimiento de competencia, de confianza en uno mismo ante la actividad o tarea propuesta.
Es también muy probable que como entrenadores también hayamos tenido esta sensación ante un encuentro "fácil" o viceversa, hemos podido sentir esa sensación en el conjunto rival.
Ya hemos hablado en post anteriores el valor y la necesidad de crear este sentimiento de competencia y autoconfianza positiva en nuestros jugadores. En este caso vamos a valorar las ventajas que estos sentimientos aportan en el jugador. Para ello seguiremos los trabajos de Weinberg y Gould.
* Activa emociones positivas, tendiendo a la tranquilidad y la relajación ante situaciones de presión.
* Facilita la concentración, evita la ansiedad y reduce el riesgo de caer en la obsesión de las preocupaciones por cometer errores
* Influye en los objetivos, tendiendo a establecer objetivos estimulantes y a esforzarse en alcanzarlos
* Hace que aumente el esfuerzo y perdure el empeño por conseguir las metas establecidas
* Afecta las estrategias del juego, facilitando adoptar la postura de jugar para ganar más que jugar para no perder
* Afecta al ímpetu psicológico, ayudando a remontar las adversidades cuando éstas se presentan en el transcurso de la práctica física o deportiva
Dedo encogido no rebaña plato
El trabajo psicológico con tus jugadores es fundamental para la eficacia en su proceso de aprendizaje. No dejes de crecer como entrenador