El castigo es un procedimiento muy poderoso que permitirá la reducción rápida y sustancial de la conducta no deseada.
Su adecuado uso puede producir una supresión permanente de la conducta, lo cual en determinados contextos sociales es muy necesario por su potencial daño.
Pero no todo el monte es "orégano". El castigo trae consigo una serie de problemas potenciales asociados a él. Veámos algunos de ellos:
* Escape
La respuesta más usual por parte del "castigado· es tratar de escapar de lo aversivo, en nuestro caso, el entrenador que castiga.
Esta "huída" no es sólo presencial, sino simplemente "desconectando" o como habitualmente se dice: "le entra por un oído y le sale por el otro"
El llanto, las excusas, las mentiras... son otros medios que el "castigado" utiliza para evitar el castigo.
Importante recalcar que quiénes frecuentemente son "castigados" se vuelven expertos en este tipo de evasiones.
* Agresión
Un jugador que es continuamente "castigado" acaba atacando bien al que le inflige el daño mediante gritos o actos de desprecio, o bien lo hará hacia los compañeros más débiles.
* Apatía
Si como solución siempre se aplica el "castigo", nuestro jugador dejará de ofrecer conducta alguna. Veámos un ejemplo: si cuando un jugador realiza una pregunta nuestra respuesta es ridiculizarla por su simpleza, el/los jugador/es se plantearán seriamente el volver a formular una pregunta.
Estos problemas potenciales son de fácil comprobación práctica por parte de cualquier entrenador, es interesante que si bien no se sabe aplicar de forma correcta, se considere otras alternativas.