A fuego lento...

Cierto es que de todos es conocido que la especialización deportiva siempre debe ir tras una formación polifacética; pero bien cierto es también que si nos pasemos por cualquier pabellón, este axioma no se cumple en absoluto. No todos actúan como dicen que lo hacen.

El proceso de planificación deportiva de un jugador es largo y complejo, requiriendo que se manejen y controlen una inmensa cantidad de variables. Proceso que en infinidad de ocasiones se pretende "acelerar" entrenando más tiempo, a mayor intensidad y en edades más tempranas.

Este hábito de querer construir jugadores maduros a edad temprana ha sido un debate inacabado que tiene tanto detractores como defensores. 

Personalmente comparto la postura que manifiesta la necesidad de enriquecer las primeras fases de preparación al deporte con un desarrollo multilateral que permita una correcta iniciación a la especialización deportiva. 

Si consideramos la iniciación al deporte como un proceso a largo plazo, proporcionar experiencias múltiples cercanas a diferentes modalidades deportivas, si bien no aseguran alcanzar su máximo rendimiento deportivo, si que permite efectuar un proceso de iniciación a la especialización deportiva de forma progresiva.

Bompa pone de manifiesto pros y contras a estas opciones de planificación deportiva:

Especialización temprana.

* Mejora rápida del rendimiento
* Mejor rendimiento alcanzado a los 15/16 años debido a adaptaciones rápidas
* Inconsistencia en el rendimiento en las competiciones
* A la edad de los 18 años, muchos deportistas se "quemarán" y dejarán el deporte
* Propensión de lesiones debido a una adaptación forzada


Programa multilateral.

* Mejora del rendimiento más lenta
* Mejor rendimiento a partir de los 18 años, la edad de la madurez psicológica y fisiológica
* Consistencia en el rendimiento en competición
* Vida deportiva más larga 
* Pocas lesiones


"Son nuestras decisiones las que muestran lo que podemos llegar a ser. Mucho más que nuestras propias habilidades" J.K. Rowling