El arte de saber qué entrenamos.

Aunque parezca lógico y sensato para todos que el deporte de alta competición es muy diferente del deporte de iniciación, hay muchos "entrenadores" -que no educadores- que no lo tienen tan claro e intentan obtener objetivos de resultado a muy corto plazo, perjudicando la correcta progresión del jugador en el deporte en cuestión. 


Veamos algunas indicaciones a la hora de trabajar en iniciación deportiva:


* Utilizar el juego como vehículo de aprendizaje.

* Premiar la participación activa y no el esfuerzo con independencia del resultado.

* La mejora de las ejecuciones técnicas debe surgir como una necesidad ante las situaciones de juego globales que se planteen.

* Cuidar el cumplimiento de las normas sencillas que se establezcan.

* Alejarse de la especialización motriz, plantear experiencias que posibiliten crear una base motriz muy amplia en los jugadores. 

* Incentivar y propiciar el trabajo en equipo.


Cabe recordar que la práctica deportiva además debe favorecer el desarrollo de valores personales y sociales que formarán parte de la personalidad de cada uno de los jugadores. Es por ello por lo que en nuestro trabajo de iniciación deportiva, debemos fomentar los siguientes valores:




* Asumir responsabilidades.

* Aceptar y cumplir compromisos con los demás.

* Ser perseverante realizando el máximo esfuerzo posible.

* Ser capaz de trabajar en equipo pensando en los intereses colectivos frente a pensamientos egoístas.

* Aceptar y respetar las normas.

* Aceptar los éxitos y fracasos, las victorias y las derrotas.

* Respetar a los demás.

* Ser tolerante con los otros.

* Desarrollar hábitos saludables en alimentación e higiene.

* Mejorar el autoconcepto y autoconfianza.

* Aumentar la capacidad de autocontrol.




"Educar a un niño es esencialmente enseñarle a prescindir de nosotros". Berge