Todo caos tiene una dulce introducción

"Si quieres buenas ideas, necesitas muchas ideas" -Art Cornwell-. 

Este axioma podría circunscribirse al juego por conceptos, ofrece más soluciones al juego ofensivo y más herramientas a los jugadores, clarifica conceptos y limita las opciones cerradas en pro de fomentar el pensamiento táctico del equipo. 



Pero... ¿por qué instaurar un juego por conceptos? Estas pueden ser algunas respuestas que reconduzcan vuestra actividad, objetivos y fines que mediante este irregularmente utilizado sistema de juego se puede lograr:

- Fomenta la capacidad del jugador a dar respuestas a diferentes planteamientos que ofrece el juego.

- Basar el sistema ofensivo de juego en una improvisación positiva de los medios técnico-tácticos individuales. 

- Generar un marco ideal de desarrollo y potenciación de los medios técnico-tácticos individuales y colectivos básicos. 

- Implementar en los jugadores un necesario y progresivo entendimiento del juego colectivo. 



Lograr crear jugadores talentosos con capacidad de entender y participar el juego colectivo es meta a la que todo entrenador aspira, aspecto que sin duda tiene que implicar en el proceso de trabajo el juego colectivo por conceptos, beneficio que no sólo redunda en un desarrollo colectivo del juego sino que contribuye al mejoramiento individual. 

Os proponemos algunos tips metodológicos para la enseñanza  del juego libre que agregará valor y eficiencia al trabajo que desarrollemos:

- Básico. La enseñanza de todas las opciones del juego del 1c1, 2c2 y 3c3 que ofrecen las situaciones reales. 

-  Imprescindible. Fomentar una constante necesidad por el juego 1c1 vertical en función de la respuesta defensiva, incluso anticipando la misma. 

- Límite. Jugar en ataque hasta el 3c3 y multiplicar sus opciones no sólo respecto a los conceptos, sino a los espacios.

- Libertad. Aplicar con libertad los concepto 3c3 al juego real en competición y entrenamiento a la misma. Permitir la toma libre de decisiones individuales y colectivas.

- Respuestas. Cada solución al juego debe permitir al jugador responder al qué, cómo y cuándo.

Nunca te arrepentirás de haber invertido tiempo en enseñar a jugar por conceptos.