La influencia de la metodología aplicada en la iniciación al minibásquetbol, en la efectividad del jugador. Parte III



Esta transferencia se pretende focalizar sobre dos niveles de actuación:

- Nivel cualitativo:

Tras identificar la etapa de evolución motriz en la que se halla la persona al iniciarse en estas actividades sociomotrices, potenciaremos las siguientes incidencias:

· Situaciones motrices con estructura de duelo: Serán prácticas en las que sistemáticamente se enfrentarán intereses opuestos, cada vez con mayor parecido al antagonismo de los deportes de equipo.

· Juegos o situaciones lúdicas motrices: Habida cuenta de la condición lúdica de los deportes de equipo, de su carácter grupal y de la participación global, integral del jugador que es protagonista de los mismos, optamos por el uso de los juegos o formas jugadas como actividades adecuadas para fomentar los mismos hábitos motores de los deportes de asociación. En este tipo de actividades el sujeto siempre participa globalmente con toda su personalidad, obligado a solucionar continuamente problemas inestables, irrepetibles, de la misma manera en que acontece en este tipo de deportes. Aprovechando el ludismo del deporte, a veces nos servimos de algún juego popular que disfrute de un funcionamiento sociomotor parecido al de los deporte de equipo, por ser ejemplos privilegiados de adaptación motriz.

· Conductas motrices mixtas: Entendidas en cuanto a su incidencia múltiple sobre todos los mecanismos que intervienen en el acto ludomotor (percepción, decisión, ejecución).

· Intervenciones motrices y roles: Referidas a las requeridas en los deportes colectivos, tanto en defensa como en ataque, en circunstancias de cooperación como de oposición.

- Nivel cuantitativo:

En la iniciación deportiva, no es prioritario el trabajo específico de la condición física de los jóvenes jugadores, ante los aspectos cualitativos diferenciados anteriormente, sin embargo, si conseguimos privilegiar actividades que además de una incidencia cualitativa supongan una participación similar a la de los deportes de equipo desde lo concerniente a la solicitación de las capacidades físicas condicionales (resistencia, fuerza, velocidad, flexibilidad), conseguiremos una transferencia más integradora sobre este tipo de deporte.

La aplicación de esta metodología de iniciación a los deportes de equipo, como base estructural de programación, y sin obviar las posibles aportaciones positivas del resto de planteamientos metodológicos tratados, supondría la aceptación de los siguientes aspectos:

- La acción de un jugador en situación sociomotriz no puede hacerse más que por adaptación a una realidad momentánea del juego. Esa realidad supone que no se ejecutan unos procedimientos técnicos de forma aislada, sino unas acciones de colaboración y oposición, en ataque y en defensa.

- Debemos confiar en la existencia de transferencia entre situaciones motrices semejantes lo cual revierte en un beneficio de tiempo de aprendizaje, pues no secuenciamos el aprendizaje de los elementos de juego, sino que se integran en una situación determinada, aquellos que resultan más significativos para su resolución.

- En la iniciación a los deportes de equipo, debemos relegar los datos mecánicos a un segundo plano, para primar la intencionalidad de juego sobre el gesto descontextualizado.

- La progresión metodológica ofrece una sustancial ventaja sobre el modelo de progresión lineal, en la que el aprendizaje de los distintos elementos constituyentes del juego, no necesariamente tiene relación entre sí. Esta no es otra que el hecho de que la superación de un estadio de aprendizaje no olvida los aspectos desarrollados en la etapa anterior. Bien por el contrario, los incorpora como célula fundamental y necesaria, enriqueciéndolos con nuevas situaciones de juego. El niño desde el primer momento reconoce los aspectos fundamentales del juego y evoluciona en su aprendizaje, sin posibilidad de desconexión.

Es importante entender la relación existente entre el juego y el deporte, en especial en su aspecto de iniciación deportiva que posee el juego, para comprender la idea general de este trabajo orientado a una amplia formación del niño que llega al club para aprender baloncesto.

El trabajo de implantación de una formación de base y pre - deportiva a fin de una correcta iniciación en el baloncesto, en lugar de basarse en las tradicionales formas repetitivas y parcelarias del movimiento, encuentra sus raíces en la estructuración del esquema corporal y abre un proceso metodológico innovador que se coloca en la evolución de las bases científicas y psicopedagógicas propias del juego y, en particular, del juego de situación como es el baloncesto.

Profundas y múltiples son las razones, de orden psicológico y sociológico, que convalidan una acción a favor de la difusión de la actividad motora y del minibásquet a una edad bastante precoz, al menos en concomitancia con el comienzo de la escolaridad obligatoria.

Sea la actividad motora de base, que el inicio del minibásquet, deben ser entendidos como parte de la educación global del individuo. Nuestro objetivo será dotar al individuo de todos los medios necesarios para poderse conocer (conocimiento del propio cuerpo, lateralidad, educación postural, etc.), para poder conocer el instrumento con el cual juega (balón), para poder conocer el espacio operativo en el cual juega (terreno de juego) y, en fin, para poder conocer a los otros (compañeros de equipo).

En algunos deportes se valora particularmente el campeonísimo, el tecnicismo exhaustivo. En cambio, partiendo de estos presupuestos de polivalencia y variedad, se intenta recuperar la dimensión humana más sana del movimiento y de la iniciación al juego. Por ello es necesario un desarrollo completo de la persona, mediante una actividad que no seleccione a los mejores en edad precoz, sino que eleve el nivel de equilibrio psicofísico de la masa y permita la liberación de energía altamente retenida y la ampliación de las experiencias vitales que favorezcan la consolidación de la personalidad y el mismo proceso de especialización.

En los primeros centros de adiestramiento de minibásquet (y todavía hoy en algunos), se atendía mucho a la técnica individual perfeccionada, el talento, relegando a muchos chicos que, sintiéndose traicionados en las motivaciones y los intereses, abandonaban el minibásquet, buscando otros juegos - deporte que les dieran lo que no encontraban en el minibásquet. En concreto, se atendía mayormente al aspecto técnico del minibásquet que no al aspecto del juego entendido como voluntad y deseo de jugar con los demás. En consecuencia, pocos muchachos (alrededor del 10% según estudios realizados en Italia), se encaminaban en el baloncesto, después de haber frecuentado los centros de iniciación al minibásquet. Se seleccionaban los mejores y los más altos. Se formaban supergrupos.

Esta situación extraña, anómala, ha hecho que la metodología de la enseñanza en los centros de minibásquet cambiase, que los programas de los cursos para instructores de minibásquet (monitores) se revisasen, a fin de hacer al joven “sujeto y actor del juego” y no objeto del instructor y entrenador. Sujeto del juego, en cuanto al niño, el muchacho, el joven, tiene necesidad, jugando, de sentirse persona, de socializar, de afirmarse, y de ejercitar la propia creatividad.

El minibásquet, en esta lógica, debe ser comunicación con los otros, debe dar respuestas válidas a los deseos y motivaciones de los jóvenes, no debe ser presentado como baloncesto en miniatura, debe educar desde el punto de vista físico, debe potenciar la inteligencia motriz, no debe producir inmediatamente campeones, debe dar la posibilidad de higiene mental para el niño y, al fin, debe dar la posibilidad a todos, niños y niñas, de jugar sin imposiciones de resultados, y tanto mejor será el instructor de minibásquet cuanto más niños anime a continuar jugando al baloncesto.

El campeón de 10 u 11 años no será nunca un campeón auténtico después. Lo dejará antes, porque estará cansado de hacer cuatro entrenamientos a la semana, estará cansado de repetir siempre los mismos ejercicios, estará cansado de sentir a su entrenador siempre las mismas correcciones, los mismos esquemas, los mismos gritos.

Buscamos, entonces, formar una base mayor sobre la que trabaja, no hagamos selección precoz, cuidemos mayormente la función educativa del minibásquet, eliminemos el filtro que hay en el camino del minibásquet al baloncesto buscando hacer un minibásquet y un baloncesto en edad juvenil mucho más humanos. Cuando asumamos todo lo dicho anteriormente, podremos pensar que en muchos niños, no sólo el 10%, continuarán jugando al baloncesto y esto nos animará a seguir en este camino.

Adaptando nuestra pedagogía del entrenamiento, tal como ha sugerido esta investigación, podremos alcanzar estos objetivos, al mismo tiempo que elevar la calidad técnica de los pequeños jugadores, logrando hacer clases mucho más divertidas y efectivas que las que se dictan, lamentablemente aún hoy en numerosos gimnasios de nuestro país, bajo un ideal de un tecnicismo inútil en las edades de iniciación al baloncesto.


La influencia de la metodología aplicada en la iniciación al minibásquetbol, en la efectividad del jugador. Parte II


Recomendaciones a partir de los resultados de la investigación:

Teniendo presente los resultados alcanzados, consideramos que podemos realizar las siguientes recomendaciones:

  • Que basados en los resultados de esta investigación, se produzcan cambios en la formación y perfeccionamiento de nuestros entrenadores de cantera.
  • Los cambios aconsejados son la obligatoriedad de realizar cursos de monitores y de entrenadores para todos aquellas personas encargadas de las divisiones formativas de los clubes afiliados a las distintas federaciones provinciales.
  • Que las distintas federaciones provinciales proyecten el dictado de clínicas deportivas en las localidades donde se practica baloncesto a nivel no federado.
  • Que dentro del temario de las clínicas de perfeccionamiento que realizan las distintas Federaciones y Asociaciones de Entrenadores, siempre se incluya un capítulo dedicado a las divisiones formativas.
  • Que dentro de las carreras de Instructor y Entrenador Nacional de Baloncesto se incluya la materia Pedagogía del Deporte, centrando su análisis sobre las distintas teorías del aprendizaje aplicadas al deporte.
  • Que las distintas federaciones provinciales y asociaciones de entrenadores elaboren un cuadernillo técnico y/o vídeo, dedicado exclusivamente a las divisiones formativas, implementando un sistema de capacitación provincial por medio de clínicas a las que concurran representantes de cada asociación afiliada, para que luego estos hagan de agentes multiplicadores ante sus colegas de región.
  • Que se jerarquice la función del entrenador de cantera tanto en su aspecto profesional como económico creando una legislación que obligue a los entrenadores de estas divisionales a tener títulos intermedios al de entrenador en relación con las divisiones a las que se desempeñe.
  • Facilitar el acceso, por parte de las distintas Federaciones Provinciales o de la Confederación Nacional, al material que reciben destinado al baloncesto de base por medio de su publicación en la Web como material de consulta y actualización rápido y a baja costo para todos los entrenadores del país.
  • Propiciar un espacio de consulta e intercambio entre los entrenadores de divisiones formativas dentro de sus respectivas asociaciones.
  • Incentivar, por medio de concursos, la investigación pedagógica y la publicación de artículos que favorezcan las condiciones de aprendizaje de los jugadores de baloncesto de divisiones formativas.

Nueva propuesta pedagógica para la iniciación al baloncesto:

A partir de todo lo expuesto, de los resultados alcanzados por medio de la investigación realizada a lo largo de seis meses, del análisis de las 236 encuestas realizadas a los entrenadores, de la experiencia personal en el entrenamiento de jugadores de divisiones formativas, es que presentaremos una nueva propuesta pedagógica para la iniciación al baloncesto.


Una visión diferente en las etapas de iniciación en el baloncesto:

Todo proceso metodológico se asienta sobre una base científica. En primer lugar, todo acto pedagógico debe partir del conocimiento teórico de las características del niño a una edad determinada, así como la lógica interna de las situaciones sociomotrices de colaboración y oposición. En segundo lugar, se deberá plantear una estructura de progresión de las situaciones de juego, que haga posible la asimilación de las mismas por parte del niño - jugador.

Para abordar el desarrollo pedagógico del niño es necesario apoyarse en el conocimiento que brindan la psicología evolutiva, la psicología educativa, el psicoanálisis, la pedagogía, la didáctica y la psicología social.

También se puede observar, en muchos casos, un desconocimiento por parte de los entrenadores de la etapa de maduración psicomotriz por la que se encuentra en niño, en la cual debe prevalecer una formación multipropósito, por encima de cualquier especificidad técnica deportiva.

Nuestra propuesta para esta etapa de iniciación, la de los 7 – 8 a 10 - 11 años, es que los chicos desarrollen una actividad multipropósito, la cual enriquezca su acervo motor, planteándoles experiencias motrices que luego puedan trasladar al juego, en particular al baloncesto.

Es por ello que aunque no se encuentra desarrollado en esta investigación (se recomienda leer el libro “Baloncesto Formativo”, de P.A. Esper Di Cesare –3- ), las actividades a desarrollar con la iniciación en las escuelas de baloncesto a edades tan tempranas, nos permitiremos dar algunas reflexiones acerca de la pedagogía y la metodología a emplear con este grupo de pequeños.

La tendencia internacional en lo que se refiere a deportes de equipo marca una tendencia a la iniciación cada vez más temprana de los niños en un deporte en especial, influidos en gran parte por los medios de comunicación masivos, pero olvidando en muchos casos, lo contraproducente de la especialización prematura de los chicos en un deporte en especial.

Se debe poner énfasis en el lograr una positiva transferencia de las actividades de iniciación a los deportes de conjunto, para ello se debe considerar a los deportes colectivos como realidades con similar funcionamiento interno, lo cual nos conduce a plantear situaciones motrices globales.

En la formación del niño, estas situaciones motrices globales, deben ser susceptibles de aplicarse a cualquier tipo de deporte colectivo, sabiendo que su utilización directa a uno u otro deporte, se matizará variando simples detalles como el tamaño y la forma del móvil a manipular, o el objetivo físico a alcanzar: arco, canasta, zona de marca.

Ante la multitud de variables que determinan los deportes sociomotores de colaboración – oposición, tratamos de suscitar situaciones que incidan sobre el mayor número posible de aspectos concernientes a su estabilidad interna. Obrando de este modo, nos aseguraremos una iniciación deportiva transferible al conjunto de estas prácticas ludomotrices.

La influencia de la metodología aplicada en la iniciación al minibásquetbol, en la efectividad del jugador. Parte I


Ha llegado a mis manos un estudio metodológico que me parece más que interesante compartir con todos ustedes.

Es bastante extenso por lo que lo dividiré en varias entregas.
Está extraído del portal argentino www.portalfitness.com. Desconozco la autoría, pero realmente es más que interesante su lectura. Espero que os guste.

Una vez realizado el análisis de los resultados, podemos concluir planteando los siguientes aspectos:

  • A la luz de los resultados obtenidos después de cinco meses de entrenamiento con las dos metodologías propuestas en este estudio sobre jugadores de baloncesto en edad de mini - deporte podemos afirmar que las dos tendencias pedagógicas utilizadas han favorecido la efectividad del lanzamiento en las dos variantes empleadas.
  • Que, a pesar de producirse un aumento de la efectividad evaluada con las dos técnicas empleadas, es con la pedagogía de tipo constructivista con la que se obtienen los mayores aumentos en la efectividad.
  • Que el aumento promedio de la efectividad con la pedagogía constructivista es un 40, 96% superior a la que obtuvo el grupo de control que trabajo con una pedagogía mecanicista y de neto corte asociacionista.
  • Que la mayor efectividad registrada en ambos grupos, en los dos tests en la posición número dos de lanzamiento (ala derecha), podría deberse a una mayor cantidad de lanzadores diestros en el total de jugadores evaluados (8 zurdos sobre 60 jugadores evaluados).
  • Que los índices de aumento de la efectividad son mayores en las pruebas de lanzamiento estacionario que en las de lanzamiento en movimiento, porque este conlleva una dificultad técnica mayor al englobar en el test varias técnicas que el jugador debe poner en práctica (dribbling en velocidad con cambios de dirección, parada tras carrera en uno o dos tiempos, y el lanzamiento posterior).
  • Que los mayores porcentajes de efectividad, en ambos grupos y en las dos tomas del test, fueron conseguidos en la posición uno, de frente al cesto, una posición que es normalmente de la mayor promedio de efectividad porque es indistinta para zurdos y diestros, y porque tiene la ayuda adicional del rebote franco en el tablero.
  • Que la diferencia superior al 100 % que se obtuvo en el post - test en la efectividad de los lanzamientos en movimiento a favor del grupo experimental, se funda en que las ejercitaciones que realizó este grupo, influenciadas por una pedagogía que promueve los aprendizajes contextualizados, tienen una transferencia mayor a la situación planteada, que la que propone la pedagogía del crecimiento técnico lineal y las progresiones técnicas, que si bien serán útiles en un período del entrenamiento, no lo son en la edad de iniciación al baloncesto.
  • Es muy importante no caer en la actitud extremista de basar toda nuestra enseñanza ni en uno u otro método, como si estos fueran una panacea. Evidentemente, la influencia que reciben los entrenadores de las metodologías técnicas norteamericanas del nivel superior ha llevado a muchos a pensar que se debía extrapolar esa experiencia a los chicos en edad de formación en el deporte. De allí que en muchísimos entrenamientos visitados, el niño repetía hasta el hartazgo un movimiento técnico (por ejemplo: finta y penetración frente a un cono ¿Quién no ha realizado este ejercicio como jugador y luego como entrenador?), para el logro del tan deseado automatismo deportivo, sin importar si se estaba divirtiendo.
  • Lo que han olvidado muchos de los cultores de la metodología norteamericana del baloncesto, que sabemos que está influenciada por el movimiento de su psicología conductista, es que en las edades de iniciación, en el baloncesto de ese país no existen clubes ni escuelas de baloncesto, sino que el primer gran aprendizaje se manifiesta en los plays - grounds, jugando, desarrollando las habilidades del uno contra uno, aprendiendo a resolver problemas por medio del juego, no aprendiendo técnicas para después poder jugar.
  • Que a pesar del alto nivel de estudio terciario y/o universitario de los entrenadores, es muy pequeña la porción de éstos que ha desarrollado su formación sobre aspectos que tienen que ver con las ciencias de la educación.
  • Que el porcentaje de entrenadores que han podido acceder al título de entrenadores nacionales y que trabajan en divisiones formativas es muy bajo (sólo 3 de cada 10 entrenadores han realizado el perfeccionamiento). Esto tiene que ver con la organización centralizada del acceso a estos cursos con que cuenta nuestro país, centrándose la posibilidad de realizar los mismos en tres o cuatro localidades de mayor importancia, sin la existencia de una verdadera red de perfeccionamiento de los entrenadores implementada ni por el Ministerio de Educación, ni por las Direcciones de Educación Física Nacional ni provinciales, ni por las Secretarías de Deporte Nacional y provinciales, ni por la Confederación Argentina de Básquetbol, ni por las distintas Federaciones Provinciales, ni por las Asociaciones de Técnicos.
  • A raíz de la no existencia de una red de perfeccionamiento destinada a los entrenadores que viven en los lugares más apartados y que, por lo general, trabajan con menos recursos, es que priorizan a la hora de acceder a información específica los sitios Web de baloncesto. Además, a raíz de la realidad económica y geográfica de nuestro país, son pocos los entrenadores que disponen de los medios para la asistencia a Clínicas en lugares alejados de sus hogares, por lo que el perfeccionamiento está siempre al alcance de los mismos: los que pueden. Poco hacen el Estado, las Federaciones y las Asociaciones de Entrenadores para permitir el perfeccionamiento de estos entrenadores, que en muchos casos son los que forman los jugadores que luego son reclutados por los equipos de Liga. Es esta una deuda pendiente que tienen los distintos estamentos que rigen el baloncesto para con los que día a día llevan adelante este deporte. Tal vez, si no se le da una orientación centralizada, esta tendencia pueda revertirse con la creación de la recientemente anunciada, Escuela Nacional de Entrenadores.
  • Existe, y es muy evidente, en nuestros entrenadores de divisiones formativas, una gran influencia de la pedagogía norteamericana del entrenamiento deportivo, basada en una psicología conductista, la cual es aplicada en muchísimos casos, a nuestros jóvenes. Esto se debe en gran medida, a nuestro entender, a dos motivos: la falta de formación de nuestros entrenadores en los principios del constructivismo aplicado a la iniciación deportiva, por un lado y; la realidad que indica que, en muchos casos, están a cargo de las divisiones formativas jugadores del equipo mayor que acceden a este trabajo como compensación por jugar en el primer equipo. En este caso, normalmente, los dirigentes contratan a un jugador muy hábil con el pensamiento que si sabe jugar va a saber enseñar, el cual empleará la didáctica de: “enseño como me enseñaron”, basada en una pedagogía analítica donde la imagen del movimiento y la demostración técnica exquisita tienen gran importancia antes que el desarrollo del pensamiento táctico por medio del juego.
  • Reiteramos que no debemos caer en un extremismo pedagógico a la hora de elegir nuestra propuesta didáctica para el diseño del plan de entrenamiento para las edades de iniciación, pero si tener presente que el mayor porcentaje del aprendizaje debe estar influenciado por principios constructivistas, y saber cuándo utilizar los métodos mecaniscistas y analíticos para la corrección de ciertos gestos técnicos puntuales.
  • En consecuencia, Gómez (2) sugiere que, “... la enseñanza de la Educación Física, en tanto pedagogía de las conductas motrices, debería orientarse en etapas iniciales del aprendizaje hacia estrategias que consideren el respeto por el movimiento activo que tiene lugar cuando el sujeto intenta estrategias de adaptación a una situación material o afectivo social que tensiona y motiva”.
  • Esto implica la necesaria sujeción de las prescripciones didácticas de la disciplina, antes a las significaciones afectivas, intelectuales, socio - culturales y motrices que caracterizan cada etapa del desarrollo infantil y juvenil, que a las lógicas traspuestas de otros campos disciplinares (tales como la psicología evolutiva, la fisiología del ejercicio, la teoría del entrenamiento deportivo, etc.), transposiciones que terminan convirtiendo a la Educación Física en la exposición formalizada “didácticamente” de los contenidos de aquéllas, dando lugar a una práctica descarnada de los sujetos que aprenden, socialmente enajenada y enajenante.
  • Por lo antedicho, tomaremos como propia la propuesta teórica y práctica del Lic. Gómez (2), que consiste en, “... en el caso de la enseñanza de las habilidades motoras, en un modelo de estimulación de la motricidad en la niñez y la juventud, concebido como el sucesivo despliegue de las etapas inicial, intermedia y final a las formas de motricidad básica, específica y especializada, lo cual conduce a una sistematización científica de dicho proceso, respetando a la vez las exigencias sociales de adaptación y producción y los ritmos propios de cada etapa del desarrollo infantil, restituyendo al movimiento, su carácter expresivo a la vez que adaptativo”.
  • Finalmente, creemos haber demostrado que con una pedagogía del tipo que propugnan las teorías constructivistas para las edades de iniciación se pueden obtener, incluso, mejores resultados que con la enseñanza basada en los preceptos conductivistas, mecaniscistas y asociacionistas del aprendizaje de las técnicas deportivas. Con los dos sistemas de logran aumentos en los porcentajes de efectividad pero, con los principios constructivistas el porcentaje de mejora es muy superior y, de una cosa estamos seguros, los chicos se divierten muchos más en las prácticas aprendiendo a través de formas jugadas que por medio de la repetición sistemática y descontextualizada de las técnicas deportivas.


Aire fresco

En la tarde de ayer se confirmó mi fichaje por la Gymástica portuense.

El cub inicia un nuevo proyecto deportivo y ha querido contar conmigo para él. La nueva directiva presidida por Joaquín Bellido, desea que su equipo senior sea el buque insignia de esta nueva etapa y que este grupo de jugadoras formadas todas de la cantera del propio club, sea el espejo de las jugadoras que vienen empujando fuerte por abajo.

Sin duda un reto ilusionante.