Reflexiones sobre la defensa en edades tempranas


REFLEXIONES SOBRE LA DEFENSA A UTILIZAR EN CATEGORÍAS DE FORMACIÓN

POR ANGEL MANZANO POLO

Profesor de baloncesto Universidad Europea de Madrid

Entrenador Junior C.B. Fuenlabrada

El trabajo defensivo es el que nos puede proporcionar unos mejores resultados a corto y medio plazo en jugadores no experimentados o con poco talento. Es más sencillo destruir que construir cuando nos referimos a comportamientos y actitudes todavía poco estables emocionalmente, como suele ser el caso de los deportistas más jóvenes. Este aspecto, no sólamente se ha de tener en cuenta desde la perspectiva del aumento de la confianza de un equipo afrontando una competición más exigente que su verdadero nivel de juego, sino también en el caso de jugadores que se incorporan a un conjunto en inferioridad de condiciones respecto a sus compañeros.

Puedo citar el caso de Roberto Dueñas, cuando pasó a formar parte de la cantera de mi Club, el C. B. Fuenlabrada. Nuestro objetivo inicial fundamental fue que se sintiese importante en el equipo al que pertenecía desde la parcela defensiva, donde rápidamente podría imponer su capacidad de intimidación y de rebote. Es quizás un ejemplo evidente, como demuestra el hecho de haberse convertido posteriormente en uno de los defensores más desequilibrantes de toda Europa, aunque no por ello poco aleccionador.

A veces, sin embargo, esta necesidad de afianzar la autoestima de los deportistas o equipos puede convertirse en excesiva y llevarnos a olvidar el que debe ser el auténtico objetivo: conseguir que los jugadores con proyección sean los mejores defensores posibles en su etapa adulta.

Los planteamientos deben partir de una filosofía definida, normalmente común para los diferentes equipos de cada cantera. A partir de aquí construir la defensa y desde ahí el ataque. El estilo de defensa debe capacitar a los jugadores para un alto ritmo de juego y la más amplia versatilidad posible.

Es mi intención aportar algunas reflexiones tomadas de mi propia experiencia o de otros entrenadores que puedan servir para abrir un intercambio de ideas que finalmente enriquezcan a los principales protagonistas de este juego, los jugadores.




* Capacidades mínimas *

Normalmente, al establecer el plan de trabajo, nos encontramos con poco tiempo para conseguir un rendimiento suficiente que proporcione ciertas garantías competitivas . Ésto se debe afrontar planteando unos objetivos mínimos, básicos y fundamentales que no supongan quemar etapas en la formación del jugador:

1) Correcta actitud. Desde el convencimiento, no de una manera forzada.

2) Responsabilidad individual. Conseguir que cada jugador sea capaz de parar a su hombre y no depender tanto de las ayudas, lo cual, en su exponente máximo, nos llevaría a la defensa perfecta.

3) No ir a robar al hombre- balón. Conseguir que los jugadores encargados del atacante en posesión del móvil fuercen errores.

4) No saltar. Mantener los pies en contacto con el suelo en constante disposición de reaccionar, salvo cuando se puede robar un pase o se dispone de un jugador especialmente dotado para los tapones y la relación - faltas cometidas- gorros colocados- rebotes no capturados- intimidación provocada- proyección de futuro con esta actitud - es altamente satisfactoria a su favor.

5) Respeto a ciertos principios. Establecer los que nos parezcan oportunos y seguirlos con determinación. Por ejemplo: cerrar el medio.

6) Mantener el centro de gravedad bajo. Incluso aunque el atacante no tenga el balón, o se produzca un contacto, o esté en lado débil,…

7) Buen equilibrio entre rebote ofensivo y balance defensivo. Normalmente, tres arriba y dos abajo.

8) Uso del cuerpo, piernas, brazos, cerebro y corazón.

9) Mentalidad de equipo en el rebote defensivo.

10) Comunicación.Tanto verbal como gestual.

* Metodología *

Al comenzar a entrenar con un grupo de jugadores nos suele invadir la duda de por dónde iniciar la construcción del edificio. En chavales que comienzan, es altamente positivo potenciar su instinto natural de defender sistemáticamente todo campo.

Mi dilatada experiencia al respecto en el Club Patrocinio de San José, donde todos los equipos defendían todo el campo los cuarenta minutos, me demostró que la idea era positiva. En concreto, puedo citar el caso de Pilar Verde, actualmente en el Canoe N. C. de primera división. Esta jugadora se pasó desde los 10 hasta los 15 años defendiendo en toda la pista. En sus comienzos era una floja defensora, incapaz de mantenerse consistente en el 1 x 1 y muy despistada en la defensa sin balón. Hoy en día es una de las mejores defensoras de su equipo, destacando especialmente por su intuición y constante buena colocación.

Cuanto más exigente sea la defensa implantada, más mejorará la condición física general, tan importante en estas edades.

Uno de los más acreditados y experimentados maestros en baloncesto de base de nuestro país y de quien tuve la suerte de aprender durante dos extraordinarios cursos en el INEF de Madrid la “ sencillez del baloncesto “ argumentaba que todos los jugadores en etapa de formación deberían defender todo campo siempre.

Sin embargo, jugadores que comienzan tarde y con gran desnivel respecto a su competición deben afianzar sus conocimientos en espacios reducidos, para ir ganando confianza hasta ser capaces de ocupar toda la extensión de la cancha.




* Asignación de jugadores *

La tónica general es encargar la defensa de los “ mejores “ atacantes del equipo rival a los “ mejores “ defensores, incluso en los entrenamientos. A la larga, esto provoca que los “ malos “ defensores sean cada día peores con respecto a los otros, o no intenten mejorar seriamente porque nunca se depositan responsabilidades importantes en ellos.

Debe existir una rotación de responsabilidades en jugadores en formación, en primeras edades con todos ellos, en categorías un poco más avanzadas sobre todo con los que puedan tener una mayor proyección. Ésto posibilitará, además, que los jugadores se desarrollen en la defensa de las diferentes facetas del juego de ataque.

Una método sencillo es colocar a los jugadores en una disposición concreta, de modo que vayan encargándose de los atacantes según vayan apareciendo por su lado. Fomentaremos la comunicación y el análisis de los atacantes, al ser cambiantes. Este método ha sido experimentado por el actual jefe de cantera del C. B. Fuenlabrada, Jesús Rodríguez Trueba.

Otra posibilidad interesante es alinear quintetos de “ malos “ defensores, que asuman responsabilidades importantes y la propia dinámica de grupo presione sobre los más perezosos. Es especialmente importante en categorías en que se divide el partido en cuatro cuartos.




* Ayudas defensivas *

Los sistemas zonales o pseudozonales nos proporcionan grandes resultados a corto plazo, normalmente en detrimento de una correcta progresión de los jugadores. Es generalizada la idea de la inconveniencia de las zonas pasivas, pero no ocurre lo mismo con los sistemas defensivos poco agresivos o las multiayudas, es decir, todos los defensores cerrados sobre el balón ante una penetración.

A los jugadores hay que exigirles el máximo de agresividad constante, tanto en defensa del hombre balón como en líneas de pase, para ser cada día más rápidos y agresivos. Asimismo, hacer responsable a cada jugador de su atacante, especialmente con balón, y no caer en el error de echarle la culpa exclusivamente a la ayuda cuando un defensor no es capaz de parar a su hombre.

Un entrenador llamado Josep Bordás, actualmente involucrado en concentraciones de la FEB, tiene instaurada en las categorías inferiores de su club, en Cataluña, la prohibición de ayudar, según me ha informado José Luis Alderete, actual entrenador del Casvi y también involucrado en concentraciones de la FEB.

Es una idea interesante, de cara a fomentar la responsabilidad individual, aunque, en determinado momento se ha de comenzar con la enseñanza y perfeccionamiento de las ayudas y las rotaciones. Personalmente, llevo años practicando una defensa en la que sólo ayuda un compañero desde el lado débil, limitándose los demás a hacer fintas defensivas o rotaciones, partiendo de la misma premisa que Bordás.

Otra cuestión será determinar la posición de los defensores de los atacantes sin balón, cerrados hacia su hombre o abiertos hacia el balón.

Ángel Goñi, actual segundo entrenador del ACB de Estudiantes, defiende la posición de abiertos hacia el balón, por entender que es mucho más aplicable a todo tipo de defensas más avanzadas que se le puedan exigir al jugador en el futuro: 2 x 1, zonas, …

Estoy de acuerdo con Goñi en que es mucho más aplicable a defensas más complicadas. Sin embargo, caemos en la tentación de que los jugadores lo conviertan en una pseudozona, al facilitarse tanto las ayudas. Asímismo, es más complicado para un jugador aprender a ser agresivo en defensa de líneas de pase o de cortes en esta disposición, ante la fácil posibilidad de que el atacante gane la espalda y el defensor se desoriente.

Andrés Rodríguez, actual entrenador del Olímpico 64, en primera B femenina, lleva muchos años practicando este tipo de disposición defensiva.

* Buenas manos *

Es un lujo para cualquier defensa contar con buenos “ ladrones “ de

balones que proporcionen puntos fáciles al contraataque y generen psicosis en el ataque rival.

Lolo Sainz, actual entrenador nacional y de quien tuve el privilegio de disfrutar como profesor durante dos cursos en el INEF, dice que se ha de potenciar entre los jóvenes la capacidad y la intuición para recuperar balones, ya que llegan a senior totalmente cohibidos en este menester.

Ahora bien, los jugadores con buenas manos para el robo suelen limitarse a ésto. Abusan de su capacidad para recuperar balones y, muchas veces con el beneplácito de los entrenadores, finalizan ahí su esfuerzo defensivo.

La virtud consiste en conjugar ambas cuestiones. La clave reside en enseñar a no perder sistemáticamente la correcta posición defensiva ante el intento de robo. Tenemos un largo camino que recorrer en la enseñanza y utilización de las fintas defensivas, muy útiles en este terreno. En la charla de Rollie Massimino del clinic de la FBM de hace unos años quedó clara la diferencia con el baloncesto americano.




* Defensas en superioridad y alternativas *

Cuanto más inmaduros emocionalmente y menos diestros técnicamente son los jugadores más efectivas pueden llegar a ser las defensas de riesgo como 2 x 1, saltar y cambiar, … Como entrenadores, se deben evaluar las ventajas reales que proporcionan en la progresión de los jugadores y no dejarse arrastrar por las posibles desventajas.

La asunción de riesgos es un paso necesario en la formación de cualquier jugador, que debe llegar a su madurez habiéndolo adquirido prácticamente como un hábito. Es especialmente destacable la determinación, anticipación y agresividad que este tipo de defensas genera en los jugadores, cuando se ejecutan correctamente.

El abuso o inadecuada ejecución puede reportar perjuicios a posteriori. Por ejemplo: la obsesión por robar el balón, la no recuperación defensiva, el mal balance, la no defensa del hombre- balón al facilitar los dos contra uno el que no intenten superarnos, la no presión de líneas de pase,…

En determinados momentos es interesante realizar este tipo de defensas ante rivales muy inferiores para que los jugadores cojan confianza en ellas. Sin embargo, su utilización continuada ante este tipo de equipos sólo nos proporcionará vicios y problemas en el futuro.

La defensa básica de cualquier equipo debe ser el hombre a hombre, medio campo, todo campo o como queramos y, a partir de ahí lo que se estime oportuno.

Las defensas alternativas estimulan la capacidad de concentración ante situaciones cambiantes. No obstante, no se debe perder de vista el dicho popular “ quien mucho abarca, poco aprieta “.




* Defensa de bloqueos *

Cualquier decisión que en nuestra organización defensiva debe ir encaminada a proporcionar un futuro más próspero a los jugadores. En este sentido debemos orientar el modo en que defendamos los bloqueos.

La forma normalmente más eficaz en estas edades pero menos pedagógica es la salida de tercer hombre. Deberíamos desterrar este modo tanto en bloqueos directos como en indirectos en lado fuerte y sólo utilizarlo en algunas situaciones en indirectos en lado débil.

En bloqueos directos y en todos los indirectos en que el hombre bloqueado se acerca al aro lo más pedagógico es efectuar un flash defensivo por parte del defensor del bloqueador, que facilite el paso del defensor del hombre- balón de segundo hombre. Requiere concentración y un gran esfuerzo defensivo y favorece la agresividad.

Los cambios defensivos son interesantes cuando se efectúan sorprendiendo y anticipándose a las acciones de los atacantes, además de posibilitar que todos los jugadores defiendan a diferentes tipos de atacantes. Si son cambios pasivos, no son muy recomendables.

Por último, el 2 x 1 en bloqueos directos aporta agresividad, necesidad de lectura de la situación ofensiva por parte de los defensores no involucrados y exigentes recuperaciones, aunque se deben aplicar las restricciones ya comentadas en el apartado anterior.




* Rebote *

A veces supone un problema tener jugadores muy capacitados para ello, el resto se acostumbran a vivir a su costa y se despreocupan de esta faceta tan importante. Salta a la vista al incorporse posteriormente a equipos sin jugadores de estas características. En este sentido son más interesantes los jugadores que proceden de conjuntos donde han tenido que hacer de todo, como puede ser el ejemplo de Carlos Jiménez en el San Viator.

Es nuestra obligación acostumbrar a todos los jugadores a involucrarse en este apartado, incluso a los que no les gustan los golpes o los contactos y renuncian a ello prácticamente por “ miedo “.




* Estimulación defensiva *

Los jugadores que se dedican a las tareas siempre sacrificadas de la defensa no suelen verse recompensados por casi ningún tipo de refuerzos, muchas veces ni los propios entrenadores. Es interesante establecer algún tipo de toma de datos que les dé a conocer de una forma objetiva las metas a alcanzar.

La tradicional toma de robos de balón y rebotes defensivos es importante, no así la de tapones, según he comentado anteriormente. Además, habría que incluir otros departamentos según los principales requerimientos. Algunos que se me ocurren son: intimidaciones, tiros punteados, buenas ayudas, correctas rotaciones, acciones que faciliten el rebote a un compañero, veces que hombre se ha escapado,…

En categorías de formación el ritmo de juego suele ser alto, el número de posesiones mayor de lo normal y la posibilidad de recibir más puntos, por tanto, superior. Cobra una gran importancia la valoración de la defensa en base a la media de puntos recibidos por posesión, no el valor absoluto de canastas, según los postulados de Dean Smith en su libro “ Baloncesto; ataques y defensas multiples ”. Este dato, más objetivo, nos permitirá motivar al equipo si se desarrolla un baloncesto de posesiones cortas.