La metodología y progresión didáctica de la enseñanza en nuestra propuesta al baloncesto de iniciación:
Teniendo presente lo dicho hasta ahora, son tres las preguntas que se hace un sujeto al principio, ante un juego de movimiento (minibásquet o baloncesto):
- ¿Qué es?.
- ¿Por qué se hace?.
- ¿Cómo se hace?.
El instructor - entrenador, a tal fin, debe ser muy claro, especialmente al principio, respondiendo a lo que es un determinado ejercicio o un determinado movimiento. Después, debe ofrecer al niño la posibilidad de experimentar por sí mismo el por qué y cuándo lo debe realizar, dejándole ejercitar la propia creatividad. Finalmente, debe dar, al principio, pocas pero concisas sugerencias sobre cómo realizar el ejercicio o el gesto (sugerencias que se incrementarán con el paso del tiempo), dando así limitada importancia a la perfección inicial del gesto, para evitar meterse rápidamente en el tecnicismo, apto para satisfacer a los más dotados y que lleva a una selección precoz, fenómeno que deberá ser absolutamente ajeno al minibásquet.
Es importante, en tal sentido, localizar el interés y la finalidad de cada ejercicio - juego y de los consejos que se hacen a los chicos durante la ejecución. Todo esto constituye la verdadera guía para saber cuánto se puede pretender de los chicos (dar en la medida en que un individuo está en disposición de recibir).
Al inicio, los ejercicios y los gestos deben ser simples, después cada vez aumentarán en dificultad y las combinaciones y las reglas se harán más complejas (se recomienda sobre este aspecto consultar el libro “Baloncesto Formativo” –3, 4-).
Sobre estas premisas se ha elaborado una metodología de la enseñanza básica que encuentra sus raíces en el cumplimiento de los siguientes principios fundamentales (esta metodología variará con el paso del tiempo):
- Vivencias de situaciones - juego con la aplicación de algunos fundamentos.
- Explicación y demostración contemporáneas por parte del instructor - entrenador: el entrenador demuestra y propone caminos de solución, que deben ser resueltos por el niño.
- Experiencia creativo - práctica por parte del sujeto, creatividad del chico sobre la base de cuanto ha visto, y no búsqueda de la perfección del gesto a través de la continua repetición del mismo.
- Experiencia práctica del individuo solicitada de una situación de confrontación competitiva: driles, ejercicios - juego, formas jugadas, situaciones - problema, etc.
La pedagogía en la progresión didáctica que recomendamos para la aplicación de esta metodología en las edades de iniciación al baloncesto (7 - 8 a 11 - 12 años), es la siguiente:
a) Trabajar al principio al nivel de aprendizaje motórico, de esquema motor y esquema corpóreo. Ejercicios - juego con balón, insistiendo particularmente en aquellos de percepción del cuerpo y lateralidad, de estructuración espacio - temporal, de coordinación general y segmentaria, de educación postural y de educación respiratoria. Estos ejercicios - juego, de simples (6 a 8 años) pasarán a ser complejos (9 a 12 años) y siempre con mayor coeficiente de dificultad.
b) Enseñar de vez en vez y separadamente las cuatro reglas del minibásquet propuestas, y combinarlas entre ellas, usando ejercicios - juego que, fáciles al principio, se vayan complicando, según el grado de aprendizaje de los chicos. Los fundamentos vienen enmascarados y enseñados bajo la forma de juego. Las reglas y las combinaciones se enseñan del siguiente modo:
1. “No se puede caminar ni correr con el balón en la mano, por tanto hay que botarlo en el suelo”, dribbling. Se enseñarán varias formas de realizar el bote en situaciones siempre diferentes usando, al principio, un lenguaje accesible a los niños. Después, los ejercicios - juego se irán complicando, haciéndolos más interesantes y estimulantes. Deben presentarse las diversas situaciones de juego primero parados y, luego, en movimiento.
2. “Para ganar hay que encestar la pelota en la canasta adversaria más veces que el rival, de forma que es preciso tirar”, lanzamiento. Al principio decir sólo que suelten las manos y miren la parte del cesto más cercana. Es importante presentar, al principio, varios modos de lanzar en situaciones siempre distintas (a dos manos, a una mano) bajo forma de competición por puntos. Tras el tiro a dos manos y una mano, se presentará el tiro en suspensión, la entrada en bandeja y los tiros especializados. La precisión del tiro es una fase sucesiva, como la corrección. Lo importante al principio es aconsejar, incitar, estimular. (Sobre este tema ver: “La relación entre los medios, la metodología y la efectividad”, de Esper Di Cesare, 2000).
3. “Para ir a la canasta, primero hay que driblar”. Demostrar al niño, mediante situaciones combinadas de bote y lanzamiento que es más simple tirar desde debajo de la canasta que desde lejos y, por tanto, aproximarse es importante, por lo que debe botar buscando buen sitio. Las conclusiones de tiro se presentarán en formas diferentes y la destreza aumentará con la mejora de las funciones motoras.
4. “No se puede jugar sólo contra todos, hay que colaborar con los compañeros de equipo y, por tanto, hay que pasar el balón”. Pase. Iniciar la didáctica del pase partiendo aún de situaciones individuales de un balón por niño (como en el bote y en el lanzamiento) para pasar después a la situación de un balón cada pareja, hasta un balón cada cinco. Los ejercicios - juego son de intercambio de balón propio con un compañero en situaciones siempre nuevas y distintas, primero parados, luego en movimiento. Los consejos a dar al principio son de extender bien los brazos y hacer ver dónde se quiere recibir el balón. Es importante mostrar varios modos de pase (a dos manos desde el pecho, a dos manos sobre la cabeza, a dos manos picado, etc.). Siempre bajo la forma de competición estimulando la creatividad de ejecución. Sucesivamente es oportuno, presentar todos los demás modos de pase con una mano (lateral, lateral picado, béisbol, etc.).
5. “Se puede ir hacia la canasta botando o pasando el balón”. Bote, pase y lanzamiento. Es importante variar continuamente la temática de trabajo (ejercicios - juego diferentes) y presentarla, al principio, bajo la forma de competencia y juego.
6. “Para vencer hay que lograr que el contrario haga pocos encestes, así que es preciso defender”. Defensa. Para hacer comprender mejor el concepto de defensa es importante partir de una situación de posesión del balón. Como en el dribbling y el pase se comienza con un balón por niño, enseñando a defender la posesión de la pelota (percepción y defensa del cuerpo), a intentar recuperarla si se pierde y, si no se puede recuperar, a defender la canasta propia. Por ello, se empezará con el 1 versus 1, primero parados y luego en movimiento, comenzando en todo el campo y, luego, en situaciones de espacio restringido. Los juegos propuestos serán muy simples al comienzo para hacerse cada vez más difíciles y costosos.
7. Combinar las cuatro reglas: Mediante ejercicios - juego de combinación de bote, pase, tiro y defensa en situaciones siempre sencillas al comienzo, variando la dificultad sucesivamente. El conjunto nos llevará a enseñar lo que es el juego globalmente, con toda su lógica y secuencia. Es importante presentar situaciones e juego con alternancia ataque - defensa. Después de que las cuatro reglas del juego y sus combinaciones han sido aprendidas de forma simple (6 a 8 años) y en forma más compleja (9 a 12 años), el instructor debe poner a los chicos en condiciones de disputar partidos lo más rápido posible (5 o 6 clases).
Para conseguirlo deberá:
a) Para los chicos de 6 a 8 años: Hacer efectuar mini - partidos desde 1 vs. 1 en una canasta, a 1 vs. 1 en todo el campo, para llegar al 3 vs. 3 en forma libre (analizando el 1 vs. 1 con apoyo), primero con balón consignado, después con salto entre dos en mitad de campo. Iniciar y enseñar el reglamento extrapolando las distintas situaciones (saque lateral, de fondo, falta personal, etc.) del juego mismo, en cuanto el niño tiene necesidad de vivir estas experiencias como algo tangible. El 3 vs. 3 en forma libre es el resultado final máximo para niños de 6 a 8 años.
b) Partir del 3 vs. 3 libre, para efectuar partidos 3 vs. 3 en franjas (centro, lado derecho, lado izquierdo), buscando dar orden al juego. Serán analizadas todas las situaciones de superioridad e inferioridad numérica (1 v. 2, 2 v. 1, etc.), defensa sobre el portador del balón y defensa sobre el jugador sin balón. Se preparará después el 3 vs. 3 didáctico en medio campo subdividiendo el área en tres partes, fijando las misiones y los papeles, que deberán ser intercambiados. Del 3 vs. 3 se pasará al 5 vs. 5 en forma libre, después a la didáctica del 5 vs. 5 en medio campo (centro, ala derecha, ala izquierda, ángulo derecho, ángulo izquierdo), con defensa al principio pasiva y, luego, activa. No debe haber especialización de funciones. Todos deben jugar en todas las posiciones. Del 5 vs. 5 en medio campo, se pasará al 5 vs. 5 en todo el campo, partiendo de una situación de canasta o de rebote defensivo. El 5 vs. 5 en todo el campo, defensa hombre a hombre, concepto de pasar y jugar, es el resultado final máximo al que se debiera aspirar en la etapa final del minibásquet. El reglamento se aplica en una forma más rígida, desde situaciones que se verifican en el campo: personal, autoacusación, tiros libres, saque lateral, saque de fondo, salto entre dos, participación de un árbitro. Todas estas situaciones, teniendo presente la gradación de aprendizaje, permiten al chico aumentar la propia visión corpórea en el ámbito del juego. El interés aumentará con relación al aumento de la dificultad de los ejercicios - juego y de las combinaciones entre ellos. Escalonadamente, se insertarán ejercicios didácticos para fijar mejor las diversas posiciones de partida, el desarrollo del gesto específico, la posición de conclusión. El partido de 5 vs. 5 en todo el campo de juego será el último momento técnico, es decir, la esencia del juego.
Terminamos nuestra propuesta, confirmada por la investigación realizada, con un deseo: que los centros de minibásquet primero y, los clubes de baloncesto después, no pierdan de vista su función social y que todos los instructores de minibásquet y los entrenadores del baloncesto intenten difundir la faceta moral de la enseñanza deportiva, que tal vez no nos hará ganar un título o una medalla, pero sí nos ofreceré jóvenes mejores.