DEFENSA DEL JUGADOR CON BALÓN
Consideraciones generales
Cuanto más lejos de aro se encuentre el atacante menos posibilidades tiene de anotar rápido, menos definitivos serán los pases que pueda dar y más tiene espacio para botar. Y viceversa.
Por lo que, cuanto más lejos esté del aro más separado se le puede defender y más bajos pueden estar los brazos. Y viceversa.
Si no ha botado, hay que considerar que una penetración le permitiría forzar una desventaja muy importante para la defensa; si está botando, no hay que olvidar que es “esclavo” del balón y no podrá avanzar por donde no pueda avanzar el balón, y si dejó de botar, está limitado sólo a pasar o tirar. Y según vaya completando esas tres fases, más cerca se le puede defender. Y viceversa.
La mirada del defensor está sobre el balón, que es donde estará siempre el peligro (si bien, hay otras opiniones que plantean mirar al cuerpo del atacante, a sus ojos…). Pero será muy importante la visión periférica del entorno del defensor (a los lados y por detrás), salvo cuando ya ha botado, que no hay otro foco de atención que el balón.
Las manos siempre buscarán intimidar el uso posible del balón en cada caso, o el más peligroso de los posibles. Pero siempre evitando movimientos al balón de arriba abajo (que sean o parezcan “manotazos”).
Según las prioridades defensivas de cada equipo se podrán plantear diferentes ajustes tácticos y variantes para tratar cada situación. Aquí se describe una manera de afrontar individualmente las principales situaciones defensivas, que responde a un planteamiento básico de la defensa individual.