Hace unos días se jugó el partido del siglo en lo que respecta al mundo futbolístico. Desgraciada o afortunadamente el sueño me venció antes del inicio y me perdí un capítulo más de la lucha Oliver Aton contra Mark Lenders, es decir; Messi vs Cristiano Ronaldo.
Ellos pertenecen a una especie muy bien valorada y poco común que es la de los denominados “Killers”. Son aquellos que jamás perdonan un balón suelto en el área, un mal rechace del portero rival o un buen 1c1 con el portero. Siempre tienen “hambre” de gol y de victorias, son sujetos que siempre están sedientos de éxito.
Si dejamos de lado el talento deportivo, ¿qué es lo que motiva a un jugador TOP de cualquier deporte a seguir queriendo crecer y ganar?.
En nuestros equipos seguro que tenemos ese jugador infatigable, impertérrito ante cualquier circunstancia, luchador y persistente hasta el último minuto del encuentro. Jugador que si además goza de talento, podríamos hablar de “killer”.
Algunos entrenadores nos enfadamos ante una actitud que no sea acorde a esta; quizás porque tengamos algo de “killer”, de ganador, de luchador dentro de nosotros. Este temperamento no fluye sólo en los encuentros importantes, sino que debe estar presente en cada segundo de entreno; incluso cuando sales de una pista de baloncesto.
Como bien dice el gran D. Manuel Forja, “los entrenadores estamos hecho de otra pasta”; haciendo referencia a esa raza de entrenadores “killer” como es él.
Francesc Palmero nos da una pista sobre qué tipo de pasta es la que tiene un “killer”.
Para que cualquier proceso motivacional se inicie, es imprescindible la aparición de un estímulo. Este estímulo puede ser de dos tipos: externo o interno.
Palmero señala que cuando el estímulo es externos, se denomina DESEO, ya que el individuo se siente atraído por una característica de ese estímulo.
Si nos ceñimos a un encuentro, el jugador puede encontrar diferentes estímulos para motivarse a hacer un buen trabajo, para DESEAR poner todo el juego que tiene en la pista. La charla del entrenador, el público, los ánimos de sus compañeras, el último triple anotado, el resultado favorable….
En cambio cuando el estímulo es interno, Palmero lo denomina NECESIDAD. Ya que el individuo siente una necesidad de carencia en alguno de sus componentes vitales.
NECESIDAD de ganar, de crecer, de superarse a sí mismo, de imponer, de alcanzar, de triunfar…. esto es ser un “killer”.
¿Y TU, DESEAS O NECESITAS?