El gran George Raveling afirma que "el rebote es un 75% de deseo y un 25% de habilidad"
Este "deseo" puede reconceptualizarse como intensidad o competitividad, aunque si que estaremos todos de acuerdo que es una variable imprescindible en el rebote.
Siguiendo a entrenadores de la NCAA podemos afirmar como cuatro los fundamentos básicos de cualquier rebote:
* Anticipación. Entendido como los movimientos previos al movimiento de rebote en sí.
* Ritmo correcto. Tanto el desplazamiento como el resto de acciones motrices serán los adecuados entendiéndose tales como una acción global en sí.
* Reacción. Los gestos y movimientos deben ser coordinados y adecuados tanto al móvil como al rival.
* Posicionamiento. El óptimo como resultado de las acciones anteriores.
El trabajo tanto del posicionamiento previo y el resto de movimientos, produce mejores resultados en los jugadores que si el trabajo de rebote se condicionase en exclusiva al trabajo de salto o habilidades similares.
Una primera regla que debe inculcarse en el reboteador defensivo es la de control del adversario incluso antes de concentrarse en el propio rebote.
1º Observa a tu par defensivo. No busques la trayectoria del balón hasta que no hayas buscado primero a tu atacante.
2º Lee la intención de tu oponente. Impide que el atacante se dirija hacia donde tiene previsto.
Raveling afirmaba que el rebote defensivo es "la sangre y las entrañas" del baloncesto. Trabaja el rebote como una acción técnico-táctica más. Planifica su desarrollo y perfeccionamiento