Derecho a no ser campeón

Por estas fechas va llegando el momento de dilucidar en la mayoría de las competiciones, quiénes son los campeones en cada una de las categorías. Llega el agónico momento para los niños de ser o poder ser.

En el decálogo de los derechos del niño deportista, destaco el derecho número 10: DERECHO A NO SER CAMPEON.

Los niños tienen derecho a jugar al baloncesto simplemente  por el propio disfrute de jugar al baloncesto sin haber más objetivo que el propio baloncesto. Debemos entender este hecho y defenderlo como educadores deportivos. Los técnicos simplemente debemos crear el contexto en el que se cuide la salud, bienestar físico y emocional del niño y la seguridad en la actividad. Todo ello sin que el éxito condicione ninguna de las anteriores premisas básicas.

Martens señala que el principal problema que existe con los jóvenes deportistas, es que aprenden de padres, entrenadores, compañeros de equipos y medios de comunicación, a percibir su valía por la consecución victorias o derrotas. El resultado es la única variable a tener en cuenta a la hora de valorar su propia competencia y capacidad. 

Para Martens esta tendencia de luchar contra otros debe modificarse por parte de los técnicos y el contexto de pseudo deporte que rodea en muchas ocasiones al deporte de base, por el de luchar por mejorarse a si mismo, por superarse en cada entreno y competición a sí mismo.

Para Martens los educadores deportivos realmente buenos, no son aquellos que consiguen éxitos deportivos con niños; sino aquellos que son capaces de enseñar un deporte y nuevas habilidades específicas mientras se divierten

La competición debe alejarse de esa situación agonística para el niño y, debe ser un medio de disfrute, de valoración de las nuevas competencias adquiridas, de superación propia, de emociones...

Evalúate a ti mismo y reflexiona sobre si eres capaz de hacer mejorar a tus jugadores de forma individual y, si además eres capaz de hacerlos jugar bien al baloncesto de forma colectiva mientras se divierten y trabajan por superarse cada día.


VENCER DEBE SER SIEMPRE SECUNDARIO (Sáenz López-Buñuel)