Vds. como directivos, ¿a quién encomendarían la formación de los jugadores de su club? ¿a un entrenador con años de experiencia continua o a un entrenador novel que aún no ha entrenador?
Pero, ¿por qué?
En ocasiones es significativo determinar qué es y qué no es una experiencia productiva. Podemos entender por práctica productiva al desarrollo de la actividad natural como entrenadores íntimamente ligada a un proceso de desarrollo del potencial o capacidad de los jugadores gracias las estrategias de actuación como entrenadores. Es decir, no sólo debemos determinar experiencia a los años de práctica de un entrenador, sino a los años de práctica productiva del mismo.
De esta afirmación podemos extraer la siguiente afirmación:
¿cuántos años de práctica productiva como entrenadores llevamos?
Evidentemente para desarrollar las habilidades específicas del jugador de baloncesto, se requiere de práctica. Pero esta práctica debe ser desarrollada a partir de una estrategia determinada. Veamos algunas premisas para el desarrollo de habilidades a partir de la práctica:
1-. Para que un jugador mejore a partir de la práctica, se requiere recibir algún tipo de conocimiento de los resultados, es decir; de retroalimentación por parte del entrenador.
Un técnico que no proporciona información alguna, no conduce a una práctica productiva, sino simplemente le proporciona un contexto material adecuado, pero no un entorno de aprendizaje
2.- Durante el entrenamiento las tareas deben conducir al aprendizaje de habilidades más complejas. Debe existir una progresión metodológica bien estructurada por parte del entrenador quien debe estructurar el proceso de aprendizaje de forma ordenada y adecuada a las características y necesidades de los jugadores, posibilitando una transferencia positiva en todas las tareas de aprendizaje propuestas.
La formación para este correcto desarrollo es esencial.
3.- La mejora con la práctica es rápida al inicio, volviéndose más gradual y lenta a medida que transcurre el tiempo de aprendizaje. No se debe confundir este principio con el de la calidad del aprendizaje el cuál debe valorarse cumplido un determinado período de tiempo.
¿Los jugadores han desarrollado sus capacidades naturales o manifiestan un incremento en sus habilidades específicas?
Valorados estos puntos, queda clara la importancia de una formación guiada por técnicos con amplia experiencia, pero que este tiempo de experiencia haya sido productiva para sus jugadores. Las estrategias que tienen que emplear el entrenador para la mejora del jugador, debe ser un proceso programado que se anticipe a las conductas problemas que presenten sus jugadores, así como un debe perseguir objetivos correctamente fijados y definidos, así como unos instrumentos de evaluación adecuados.
¿Sus jugadores han aprendido sólo por el tiempo de práctica o por la práctica productiva con su entrenador?
Quien no sabe, no sabe hacer ni sabe ser.