Sumar y no restar



Con la temporada 13/14 prácticamente finalizada en cuanto a competición, llega el momento de hacer balance de los logros y objetivos alcanzados, así como de los no adquiridos y los fracasos obtenidos.

En esta reflexión no podemos olvidar como entrenadores de jugadores jóvenes, el sumatorio de jugadores que iniciaron la pretemporada y jugadores que han finalizado la temporada con el equipo.

En nuestra planificación no podemos olvidar las actuaciones que llevaremos a cabo para contribuir la continuidad de todos los jugadores y evitar el abandono deportivo prematuro. Pero, ¿realmente incluimos estos aspectos en nuestra planificación deportiva?

"Tener otras actividades que hacer", "el entrenador no me gusta", "me exigen demasiado", "pierdo demasiado tiempo", "malos resultados"... son sólo algunas de las respuestas que obtenemos al preguntar a un jugador joven porqué abandona la práctica deportiva. Si olvidamos que motivación y abandono son dos conceptos que van de la mano, no podremos realizar una valoración reflexiva donde tengamos como variable fundamental nuestra actividad como entrenadores. Obviar la relevancia del factor "entrenador" para eximirnos de responsabilidad del abandono de un jugador, no es más que mirar a otro lado y no ejercer con profesionalidad nuestra actividad. 

Snyder nos desvela algunas consideraciones que debemos tener en cuenta para contribuir al mantenimiento de todos nuestros jugadores durante la temporada.

* Recompensar el éxito y el esfuerzo individual de cada jugador. En este aspecto es importante contar con el apoyo de los padres para que no sobredimensionen ni desvaloricen los éxitos y esfuerzos de sus hijos.

* Ante el error, responder con ánimo + intrucción precisa para que pueda mejorar en próximas repeticiones. El error no debe ser percibido como fracaso, sino como un elemento más del aprendizaje que contribuye al avance.

* Evitar en la medida de lo posible el castigo, transmitiendo de forma positiva y afectiva la información que requiera el jugador para mejorar su proceso de instrucción.

* Otorgar el valor adecuado a la victoria y la derrota, asumiendo el rol de educador durante la competición.

* Planificar mediante objetivos, poniéndose en conocimiento de los jugadores para que puedan asociarlos al progreso percibido. Los objetivos deben ser claros y por supuesto realistas, siendo no sólo del conocimiento de los jugadores sino de sus familiares, lo que contribuirá al conocimiento de sus limitaciones y posibilidades como jugador, así como sus metas a alcanzar.

* Informar a los jugadores de la finalidad y los  objetivos a alcanzar   de cada sesión y tarea.

* Estimular otras actividades además de la deportiva que le permitan alcanzar un equilibrio mental necesario para su rendimiento personal en cualquier faceta de su vida.


Si esta temporada has restado, prepara la correctamente la próxima para acabarla sumando.