Uso del vídeo. Parte V

  1. image La preparación práctica de vuestro equipo

a) Proponer ejercicios que se acerquen al juego del rival y más concretamente a las situaciones clave de sus movimientos.

b) Trabajar por posiciones y dar un par de detalles importantes que permitan hacer frente al juego del rival.

c) Utilizar la simulación de partido (scrimmage) para entrenar las adaptaciones tácticas a los movimientos del rival.

Por mucho que trabajemos el video, éste de por sí solo, no ha hecho ganar nunca un partido. Sí que permite, por el contrario, aumentar las probabilidades de victoria evitando que nos enfrentemos a algo desconocido.

clip_image001LOS OTROS USOS DEL VIDEO
Se puede usar para muchos otros objetivos.
Todos los entrenadores de cierto nivel graban los partidos lo que significa que utilizan dichas cintas para:
- tener una visión más objetiva del juego de su equipo o de sus jugadores
- mejorar el rendimiento del equipo o de los jugadores
- controlar el respeto de las directrices del entrenador
- cerciorarse del juego de su equipo

También puede ser un utensilio de pedagogía muy interesante para el perfeccionamiento de las destrezas técnicas de los jóvenes jugadores. Si a veces el ojo experimentado del entrenador es suficiente para hacer progresar un jugador, sería una pena no aprovechar lo que puede aportar el ojo del mismo jugador a su propio aprendizaje.

Igualmente, puede constituir un excelente medio de formación e información para los entrenadores, no sólo para visualizar sus propios partidos sino para ver otros equipos, otros estilos de juego. Así podremos ver a jugadores de otras ligas, nuevas técnicas o tácticas de juego, el nivel de juego de otros paises.

El video forma parte del bagaje técnico del entrenador del mismo modo que el conocimiento de una defensa zonal o del conocimiento de los fundamentos, y por ello, se deberá incluirlo en los cursillos de entrenador como cualquier otra asignatura.

Refuerzo positivo

Hábitos de comunicación para una organización sostenible. Toral Madariaga.

Trata a las personas como si fueran lo que deberían ser, y ayúdalas a convertirse en lo que son capaces de ser. Goethe

image El halago es posiblemente el arma de persuasión masiva más eficaz para ganarse la confianza de la gente. Regalar los oídos a alguien y hacer que se sienta como un rey, esperando que corresponda con real magnificencia, es una herramienta de seducción que los buenos vendedores conocen de oficio. La
televisión es un surtidor incansable de este arte del halago que persigue la conquista del público agasajando continuamente a los espectadores.

Este cuento tan antiguo como las Mil y una noches contrasta con la tacañería que gastamos cada día en el agradecimiento a los demás. Dice el refrán que guardarse un elogio es quedarse con algo ajeno, y es de creer que unas veces por temor y otras por pudor, hay gente muy desagradecida, que no quiere, no puede o no sabe agradecer a quien ha hecho algo por ella.

Lo mismo pasa con organizaciones que desdeñan cualquier tipo de agradecimiento y sólo manejan el salario económico, como si este fuera el único reconocimiento posible y el sumum de lo que las personas esperan como recompensa a su entrega diaria.

A pesar de lo fácil que es cosechar gratitud cuando uno la siembra, hay más costumbre de insistir en los errores, probablemente para que no se repitan. Somos menos dados a las palabras de ánimo o a los gestos de agradecimiento por el esfuerzo realizado. Recuerde que una sonrisa es la distancia más corta entre las personas. Pruebe a saludar a alguien con una
sonrisa y verá cómo se siente mejor, su propia actitud cambia y recibe a cambio otra sonrisa, a la vez que un voto de confianza.

Muchas organizaciones siguen empeñadas en una seriedad mal
entendida que tiene las palabras de afecto y el sentido del humor por muestras de debilidad. Es la misma equivocación que confunde las horas de estancia en el trabajo con la productividad.Tan es así, que ahora mismo hay consultorías de
empresas dedicadas a difundir los beneficios del sentido del humor en el trabajo, como estímulo a la creatividad y la eficacia

Definitivamente no habremos entendido nada si el nivel de estrés se convierte en la vara de medir la seriedad del trabajo, y damos a las personas el mismo trato que se da a cualquier tipo de recursos, en términos exclusivos de costes económicos.

Uso del vídeo. Parte IV

image clip_image001LOS MEDIOS

  1. El montaje con video
    No tiene que durar más de 20 minutos y debe contener las secuencias seleccionadas en los videos analizados. Se subdivide en las etapas siguientes:

EQUIPO
- El contraataque y el juego rápido
- Las transiciones
- Los movimientos con anuncios (sistemas y bandas)
- Las defensas
- Los saltos entre-dos
- Los movimientos especiales

INDIVIDUAL
- Los jugadores y sus funciones
- Los jugadores y sus puntos fuertes

  1. El dosier del equipo
    Por jugador
    - Puesto de juego normal
    - Altura
    - Número de camiseta
    - Carrera
    - Puntos fuertes en ataque y en defensa
    - Tipo de jugador
    - Sus estadísticas
    - Su papel dentro del equipo
    Sobre el equipo
    - Sus estadísticas ofensivas y defensivas
    - El reparto de puntos por puesto de juego (aleros, pívots, bases)
    - Los sistemas más utilizados y su rentabilidad
    - El quinteto más fuerte en defensa
    - Su estilo de juego y su comportamiento
    - 4 o 5 elementos clave que caracterizan el equipo y su manera de jugar

PIGMALION

Hábitos de comunicación para una organización sostenible. Toral Madariaga.

image En los últimos años se viene insistiendo en la necesidad de una
valoración más integral que complemente la remuneración económica. El salario emocional es una especie de paga extra que da cuenta de cómo alguien se siente valorado, y expresa la satisfacción y agradecimiento que percibe en su relación con la empresa. Aunque la remuneración económica sea aceptable,
cuando la valoración es mínima y el empleado se ve como un número, tiende a cumplir con las obligaciones, sin más. Si la valoración es negativa, el cumplimiento será más dudoso y su aportación irá a menos.

Por tanto, este aprecio no sólo es humanamente deseable, sino que es muy rentable para la organización. Esta nueva-vieja moneda funciona de acuerdo a la Ley de reciprocidad -de bien nacidos es ser agradecidos- que ha
comprometido siempre a las partes en un intercambio, aun sin estar escrita en convenio alguno. La gratitud que valora la importancia de cada cual, se puede expresar personalmente en muchos momentos y de muy diferentes formas, sin esperar a la jubilación para recibir el único y el último recuerdo de la empresa

¿Sabe usted cual es la palabra que más nos gusta escuchar? Precisamente aquella que nos hace más singulares, que no es otra que el nombre propio. Recordar los nombres y utilizarlos, personalizando los mensajes, actúa como un bálsamo en una conversación. Pruebe a usarlos más a menudo y observe el
efecto de rápida sintonía. Experimente este reconocimiento incluso para conseguir la atención de alguien que habla por los codos y no deja intervenir. Verá como atiende al oír su nombre, lo que le dará a usted una oportunidad
para tomar la palabra y conseguir que realmente le escuche.

En general, la mayoría de las personas tiende a responder según el trato recibido y lo que esperan de ellas, de manera que harán lo posible para no defraudar esa confianza. Este efecto Pigmalión, que tanto ayuda a una persona a creer en sus posibilidades, se puede volver contra todos, cuando los mensajes que recibe son despreciativos, y minan su confianza. No es lo mismo decirle a alguien que es un desastre, que referirse al hecho concreto en términos de desastre o preguntarle qué puede hacer para mejorarlo.

Desgraciadamente, ésta es una de las rutinas más extendidas también en las organizaciones deportivas donde muchos entrenadores insisten constantemente en los fallos, dando por sentado lo que está bien hecho. De sus entrenadores, Menotti llegó a decir que sólo aprendió de ellos lo que no
tenía que hacer.

Los refuerzos constantes –positivos o negativos– dirigen la atención de las personas, actuando a modo de profecía autocumplida. Cuando se refuerza un comportamiento, las personas tienden a repetirlo. El lingüista George Lakoff lo explica en un celebrado libro de título No pienses en un elefante. Las palabras que utilizamos tienen una extraordinaria capacidad de  vocación, de forma que no hay como decirle a alguien que no piense en algo, para que se obsesione con ello y se distraiga, en lugar de centrarse en la buena dirección.

Afortunadamente, tendemos a confiar en quienes confían en nosotros. Los científicos se han adentrado en los laberintos del cerebro humano para descubrir cómo funciona este circuito de recompensa. Según los neurólogos, la oxitocina es el agente químico cerebral que nos permite determinar en quién confiar y en quién no. El cuerpo humano produce una descarga de esta
hormona del placer, que nos estimula a repetir la experiencia y recompensar así a quienes nos muestran confianza, apoyo social, económico o romántico.

Los efectos de la oxitocina sobre el comportamiento y la interacción social determinan que niveles elevados de esta hormona en sangre mejoren la capacidad de los individuos para confiar en otras personas. La oxitocina funciona, por tanto, como lubricante natural en las relaciones humanas, premiando la confianza dada y poniéndonos a salvo del miedo y la desconfianza que obstaculizan la comunicación humana

 

PD: LADRAN, PUES CABALGAMOS

Comunicando

Hábitos de comunicación para una organización sostenible. Toral Madariaga.

image La mayoría de las personas tienden a desconfiar de quien no habla claro, porque piensan que tampoco tiene las ideas claras.Y, a la inversa, depositan una confianza excesiva en las explicaciones más simples que se entienden a la primera, sin mayor esfuerzo. Como bien decía Einstein, hay que hablar tan claro como sea posible, pero no más. Hoy, la falta de tiempo hace que se aprecie la sencillez y el estilo directo más que la verborrea de quien se adorna como un pavo real.

La llamada Ley de Millar establece un número mágico de cinco más menos dos informaciones que las personas pueden retener a un tiempo. La secuencia del teléfono de toda la vida estaba en el límite: 4 38 39 29 Agrupado en parejas y merced a su constante repetición, se hacía asequible. Hoy, la longitud de las nuevas numeraciones, la multiplicación de aparatos y los cambios en la numeración ponen a prueba nuestra memoria.

Un buen consejo para no equivocarse consiste en pensar complejo - porque así sabemos que son todas las cosas- y decir sencillo. Y no al revés, que luego nos vamos por las ramas, o estiramos el lenguaje para parecer lo que no es, y ni nos explicamos ni nos entienden.

Es imposible contarlo todo, y además que no hay cuerpo que lo aguante. El papel de un dossier o un archivo electrónico, son más adecuados para dar cuenta de un ejercicio contable con todo lujo de detalles. La acertada elección del enfoque y los temas que dan mayor fiabilidad y ventaja a la organización contribuirán a la difusión del perfil más idóneo para la ocasión.

En medio de una situación tan estresante como un encuentro de
competición, el entrenador debe ser aún más cuidadoso para no dispersar a los deportistas con un fuego cruzado de mensajes. El mensaje ha de ser único, sencillo, bien enfocado, breve y redundante. De acuerdo a los cánones de una buena pieza oral, primero se anticipa algún aspecto especial de lo que les va a
decir, les insiste en su argumento y, por último, les recuerda con algún ejemplo lo que les ha dicho, así como sus consecuencias prácticas.

Recuerde que un buen comienzo es determinante. Tampoco hay que tener miedo a repetir un único mensaje -dicho de distinto modo lógicamente- , por el contrario, la redundancia es positiva en la comunicación oral: hace el mensaje más comprensible, evita la confusión y se recuerda mejor. A mayor concreción, la propuesta se hace más visible. En lugar de repetir hasta la saciedad el concepto de cambio climático, alguien tuvo a bien poner una cara que todo el mundo reconoce a la primera, al expresar que ya no hibernan los osos.También se echó mano de la comparación para contrastar imágenes de los volúmenes de los glaciares de antes y de ahora.


Si de divulgación se trata, conviene evitar palabras técnicas y
conceptos abstractos que complican innecesariamente el seguimiento. No es de recibo hacer una convocatoria de reunión cuyo primer punto se define con un acrónimo que todos desconocen. O una convocatoria cuya disposición y texto parece el mismo de siempre, de manera que nadie se molesta en leerlo. O un cartel sobrecargado de información, sin una idea clara central.