8. Crea reglas de equipo: aplícalas con todo el mundo.
Las normas internas generan confianza y estabilidad en todo grupo. Mantener coherencia en su diseño, así como cumplimiento de las mismas supone un crear un entorno en el que todos son conocedores de lo que se puede o no se puede hacer. Obvio es que todas las normas son para todos los integrantes y, que no se disponen de ases en la manga para deteminados jugadores. Véase el claro ejemplo del jugador que transige la norma de asistencia al entrenamiento, pero luego es convocado para el partido de la presente jornada por ser el mejor jugador del equipo.