El arte de saber qué entrenamos.

Aunque parezca lógico y sensato para todos que el deporte de alta competición es muy diferente del deporte de iniciación, hay muchos "entrenadores" -que no educadores- que no lo tienen tan claro e intentan obtener objetivos de resultado a muy corto plazo, perjudicando la correcta progresión del jugador en el deporte en cuestión. 


Veamos algunas indicaciones a la hora de trabajar en iniciación deportiva:


* Utilizar el juego como vehículo de aprendizaje.

* Premiar la participación activa y no el esfuerzo con independencia del resultado.

* La mejora de las ejecuciones técnicas debe surgir como una necesidad ante las situaciones de juego globales que se planteen.

* Cuidar el cumplimiento de las normas sencillas que se establezcan.

* Alejarse de la especialización motriz, plantear experiencias que posibiliten crear una base motriz muy amplia en los jugadores. 

* Incentivar y propiciar el trabajo en equipo.


Cabe recordar que la práctica deportiva además debe favorecer el desarrollo de valores personales y sociales que formarán parte de la personalidad de cada uno de los jugadores. Es por ello por lo que en nuestro trabajo de iniciación deportiva, debemos fomentar los siguientes valores:




* Asumir responsabilidades.

* Aceptar y cumplir compromisos con los demás.

* Ser perseverante realizando el máximo esfuerzo posible.

* Ser capaz de trabajar en equipo pensando en los intereses colectivos frente a pensamientos egoístas.

* Aceptar y respetar las normas.

* Aceptar los éxitos y fracasos, las victorias y las derrotas.

* Respetar a los demás.

* Ser tolerante con los otros.

* Desarrollar hábitos saludables en alimentación e higiene.

* Mejorar el autoconcepto y autoconfianza.

* Aumentar la capacidad de autocontrol.




"Educar a un niño es esencialmente enseñarle a prescindir de nosotros". Berge




Planificar por objetivos- Artículo en BasketFem

El establecimiento de objetivos es una técnica válida para cualquier propósito. Su uso  fortalece la motivación cotidiana y la autoconfianza en los deportistas, contribuyendo a la mejora de concentración. 



Principios tácticos del pase

El pase es la acción entre dos jugadores ofensivos por la cual se transfiere el balón de uno a otro, de ahí que muchos autores hablen del binomio pase-recepción.


Biomecánicamente es muy difícil hablar de patrones estandarizados debido a la diversidad de ejecuciones posibles, no obstante se determinan ciertos criterios a la hora de valorar un pase correcto:

    • Trayectorias tensas.
    • Disminución de la fase aérea.
    • Evitar interceptaciones de balón.

Detallemos una serie de premisas tácticas a tener en cuenta en la ejecución del pase:

    • Iniciar la ejecución partiendo de una posición y postura adecuada. La actitud de triple amenaza aumentará la imprevisibilidad de la acción.
    • Adecuar la ejecución a las acciones previas anteriores que permitirán realizar una ejecución óptima.
    • Fomentar un buen trabajo previo de percepción de la situación que le permita una buena toma de decisiones respecto a la ejecución.
    • No mostrar la acción de pasar.
    • Crear el espacio para realizar el pase.
    • Tras el pase, buscar la máxima eficacia táctica por parte del receptor, lo que obliga a ofrecer el balón en una correcta disposición para una posterior acción.
    • Utilizar la ejecución más adecuada en función de la situación.
    • Realizar la ejecución a la máxima intensidad posible. 
    • Máxima precisión.
    • Seguridad en la ejecución.


"Michael, si no puedes pasar la pelota, no puedes jugar"Dean Smith 

Los orígenes del minibasket

Jay Archer, nació en 1912 en la ciudad de Soranton en el estado de Pensylvania. Siendo italiano el origen de sus progenitores. Con su 1,79 m de altura fue jugador All-Star en 1936.

Se graduó en educación física en la universidad de Stroudsbourg (Pensylvania). Muy influenciado por la corriente pedagógica de la Escuela Nueva y angustiado por la problemática general de los niños; pensaba que existían pocos deportes adaptados a las necesidades de los más pequeños. Siendo esto lo que le impulsó en 1950 a la creación del “Biddy Basket”.

Un capricho de su hija le dio el nombre. Un día le pidió un “biddy” (pastel pequeño) y de ahí salió la palabra Biddy que en lenguaje popular significa “polluelo”.

De inicio partió como una fase de un programa primario para ambos sexos de 9 a 12 años.

En principio se trató de aros más bajos, balones más pequeños, para facilitar los movimiento de los niños. Que les gustase, que les motivase motivarles, que se introdujeran en el deporte mediante un bagaje técnico-lúdico, y sobre todo con mediante sus reglas muy sencillas.

Su rápida difusión se debió a la visita de los Globertrotters y Pat Kennedy (el más famoso árbitro de la época) a Scranton. A Kennedy le interesó mucho el nuevo juego, se entrevisto con Archer y procuró que este saliera por el canal de TV más importante de Nueva York. El éxito fue enorme y pronto le llovieron cartas solicitando el reglamento del nuevo juego.

A principios de 1951 se difunde por todo EE.UU.; Puerto Rico, Canadá, Japón, Malasia, Singapur, Australia, Mexico, Brasil y Ecuador pronto adoptaron el ejemplo de EE.UU.

En Europa se difundió en 1964 a través de España. Es al llegar a España y en concreto a los pioneros de la educación popular, los padres Escolapios, cuando toma el nombre actual de Minibasket. Profundizan en las raíces educativas del juego,  institucionalizando las reglas flexibles y la filosofía del juego.

Pero fue Anselmo López el verdadero propulsor del minibasket en España, siendo considerado el mecenas del mismo en nuestro país. Fue presidente de la Federación Española de Baloncesto, entre julio de 1966 y agosto de 1971; y miembro del COE.

Desde sus puestos directivos fue impulsó la introducción en España del minibasket, que en la década de los años setenta fue una importante cantera de jugadores. Asimismo fue uno de los máximos y más constantes valedores de esta modalidad de baloncesto para niños en el seno de la FIBA.

Hoy en día se juega en todos los países que practican baloncesto y es dirigido mundialmente por el C.I.M. (Comité Internacional de Minibasket) una Comisión de la F.I.B.A.


Actualmente estos son los objetivos que desde las máximas instituciones federativas busca el minibasket:

  1. Aprovechar toda la oportunidad del juego para educar y desarrollar en los niños sus cualidades físicas y psicológicas.

b) Crear hábitos deportivos en el niño-a, para que se sienta interesado en la práctica de los deportes.

c) Fomentar en el niño-a la tendencia hacia el juego limpio. Nunca debemos de olvidar que estamos trabajar con niños y con ellos todo debe de ser positivo y respetuoso.

d) Crear el clima para que el desarrollo del niño-a como persona sea el adecuado.

e) Crear el clima para que el desarrollo del niño-a como jugador-a sea el adecuado a esta edad.

f) Crear un clima donde el niño-a se sienta valorado-a por su manera de ser y comportarse.

g) Crear un clima donde el jugador-a se sienta valorizado-a no solo por sus habilidades sino por su aportación al equipo.


h) Equilibrio entre aprendizaje y diversión.

Desarrollando nuestra creatividad como técnicos

Para el reputado psicoanalista, Paul Matussek  la creatividad “es la capacidad de descubrir relaciones entre experiencias antes no relacionadas, que se manifiestan en forma de nuevos esquemas mentales, como experiencias, ideas y procesos nuevos”.
Es por tanto una capacidad más que interesante sobre la cual los formadores debemos trabajar y que nos permitirá potenciar el resto de habilidades y capacidades que se posean.


Percepción habilidad propia como jugador.

Uno de los principales factores que nuestros jóvenes  jugadores tienen acerca de su percepción como jugador de éxito, es el grado de habilidad que percibe tener. Concepto de habilidad que es diferente en cada uno de los sujetos y, en los que el contexto social y familiar que rodea al joven deportista tiene una especial incidencia en él.


Si bien es cierto que cada individuo tiene una “conpcetualización” muy singular y privada de lo que entiende por habilidad, podemos afirmar o tomar com referencia que una habilidad es una “acción compleja e intencional, que envuelve toda una cadena de mecanismos sensoriales, de procesamiento central y motor que, a través del proceso de aprendizaje, se torna organizada y coordinada de tal manera que alcance objetivos predeterminados con gran acierto”...




Adherencia al entrenamiento


Uno de los problemas más habituales que nos podemos encontrar en los equipos de formación, es la falta adherencia al entrenamiento. Buceta lo conceptualiza como el grado de cumplimento de los deportistas, en las tareas de todo tipo que conlleva el entrenamiento, agrupándolas en cuatro apartados...







El motor del aprendizaje



Uno de los elementos imprescindibles para que se produzca el aprendizaje, es la motivación; la cual se erige como razón y dirección de nuestras conductas. 

La presencia o ausencia de la motivación en nuestros jugadores, no debe atribuirse de forma exclusiva a las características del aprendiz, sino que nuestra actuación como entrenadores es aspecto fundamental que incide en el mayor o menor grado de motivación de nuestros “alumnos”.

Como entrenadores debemos preocuparnos y ocuparnos que los jugadores deseen dedicar su actividad a aprender y/o perfeccionar determinadas habilidades/conductas, y que estas a su vez sean significativas para ellos.

Pero, ¿qué aspectos determinan el interés de los jugadores por aprender?



Sumar y no restar



Con la temporada 13/14 prácticamente finalizada en cuanto a competición, llega el momento de hacer balance de los logros y objetivos alcanzados, así como de los no adquiridos y los fracasos obtenidos.

En esta reflexión no podemos olvidar como entrenadores de jugadores jóvenes, el sumatorio de jugadores que iniciaron la pretemporada y jugadores que han finalizado la temporada con el equipo.

En nuestra planificación no podemos olvidar las actuaciones que llevaremos a cabo para contribuir la continuidad de todos los jugadores y evitar el abandono deportivo prematuro. Pero, ¿realmente incluimos estos aspectos en nuestra planificación deportiva?

"Tener otras actividades que hacer", "el entrenador no me gusta", "me exigen demasiado", "pierdo demasiado tiempo", "malos resultados"... son sólo algunas de las respuestas que obtenemos al preguntar a un jugador joven porqué abandona la práctica deportiva. Si olvidamos que motivación y abandono son dos conceptos que van de la mano, no podremos realizar una valoración reflexiva donde tengamos como variable fundamental nuestra actividad como entrenadores. Obviar la relevancia del factor "entrenador" para eximirnos de responsabilidad del abandono de un jugador, no es más que mirar a otro lado y no ejercer con profesionalidad nuestra actividad. 

Snyder nos desvela algunas consideraciones que debemos tener en cuenta para contribuir al mantenimiento de todos nuestros jugadores durante la temporada.

* Recompensar el éxito y el esfuerzo individual de cada jugador. En este aspecto es importante contar con el apoyo de los padres para que no sobredimensionen ni desvaloricen los éxitos y esfuerzos de sus hijos.

* Ante el error, responder con ánimo + intrucción precisa para que pueda mejorar en próximas repeticiones. El error no debe ser percibido como fracaso, sino como un elemento más del aprendizaje que contribuye al avance.

* Evitar en la medida de lo posible el castigo, transmitiendo de forma positiva y afectiva la información que requiera el jugador para mejorar su proceso de instrucción.

* Otorgar el valor adecuado a la victoria y la derrota, asumiendo el rol de educador durante la competición.

* Planificar mediante objetivos, poniéndose en conocimiento de los jugadores para que puedan asociarlos al progreso percibido. Los objetivos deben ser claros y por supuesto realistas, siendo no sólo del conocimiento de los jugadores sino de sus familiares, lo que contribuirá al conocimiento de sus limitaciones y posibilidades como jugador, así como sus metas a alcanzar.

* Informar a los jugadores de la finalidad y los  objetivos a alcanzar   de cada sesión y tarea.

* Estimular otras actividades además de la deportiva que le permitan alcanzar un equilibrio mental necesario para su rendimiento personal en cualquier faceta de su vida.


Si esta temporada has restado, prepara la correctamente la próxima para acabarla sumando.

¿A quién encomendaría la formación de sus jugadores?

Vds. como directivos, ¿a quién encomendarían la formación de los jugadores de su club? ¿a un entrenador con años de experiencia continua o a un entrenador novel que aún no ha entrenador?

Pero, ¿por qué?

En ocasiones es significativo determinar qué es y qué no es una experiencia productiva. Podemos entender por práctica productiva  al desarrollo de la actividad natural como entrenadores íntimamente ligada a un proceso de desarrollo del potencial o capacidad de los jugadores gracias las estrategias de actuación como entrenadores. Es decir, no sólo debemos determinar experiencia a los años de práctica de un entrenador, sino a los años de práctica productiva del mismo.

De esta afirmación podemos extraer la siguiente afirmación: 
¿cuántos años de práctica productiva como entrenadores llevamos?

Evidentemente para desarrollar las habilidades específicas del jugador de baloncesto, se requiere de  práctica. Pero esta práctica debe ser desarrollada a partir de una estrategia determinada. Veamos algunas premisas para el desarrollo de habilidades a partir de la práctica:

1-. Para que un jugador mejore a partir de la práctica, se requiere recibir algún tipo de conocimiento de los resultados, es decir; de retroalimentación por parte del entrenador. 
Un técnico que no proporciona información alguna, no conduce a una práctica productiva, sino simplemente le proporciona un contexto material adecuado, pero no un entorno de aprendizaje 

2.- Durante el entrenamiento las tareas deben conducir al aprendizaje de habilidades más complejas. Debe existir una progresión metodológica bien estructurada por parte del entrenador quien debe estructurar el proceso de aprendizaje de forma ordenada y adecuada a las características y necesidades de los jugadores, posibilitando una transferencia positiva en todas las tareas de aprendizaje propuestas. 
La formación para este correcto desarrollo es esencial. 

3.- La mejora con la práctica es rápida al inicio, volviéndose más gradual y lenta a medida que transcurre el tiempo de aprendizaje. No se debe confundir este principio con el de la calidad del aprendizaje el cuál debe valorarse cumplido un determinado período de tiempo. 
¿Los jugadores han desarrollado sus capacidades naturales o manifiestan un incremento en sus habilidades específicas?


Valorados estos puntos, queda clara la importancia de una formación guiada por técnicos con amplia experiencia, pero que este tiempo de experiencia haya sido productiva para sus jugadores. Las estrategias que tienen que emplear el entrenador para la mejora del jugador, debe ser un proceso programado que se anticipe a las conductas problemas que presenten sus jugadores, así como un debe perseguir objetivos correctamente fijados y definidos, así como unos instrumentos de evaluación adecuados. 

¿Sus jugadores han aprendido sólo por el tiempo de práctica o por la práctica productiva con su entrenador?


Quien no sabe, no sabe hacer ni sabe ser.